RECLAMO. Los actores descubren el anuncio del 'casting' en Cádiz. / NURIA REINA
ANÁLISIS

Seis personajes buscan director GERMÁN CORONA CÁDIZ

Una mañana fría en Helsinki. Nieve cayendo en sus calles y ellos esperando quizás la llegada de un viaje que les transportará a distintos destinos. Esperan pacientes y frioleros. Pero un anuncio en el periódico les hará vivir un momento de magia compartida. En Cádiz se prepara el rodaje de una película con actores finlandeses. Ellos, infantiles e ingenuos se dejan seducir por la ilusión de la convocatoria fílmica, sobre todo ella, La Señorita de Cádiz, una mujer de edad avanzada que quiere reencontrarse con su pasado. Los otros personajes, los que estaban a su lado y casualmente hacen eco del anuncio del casting, ponen su futuro al servicio de la imaginación. Todos y cada uno de ellos se despoja de sus abrigos y los muda para presentarse a las pruebas de selección de la película. Desfilan y se ponen a prueba no sólo de sus aptitudes artísticas, sino también vivenciales. Afloran sentimientos, emociones, frustraciones y conflictos personales e íntimos. Cada uno de estos personajes hace su pequeño casting de la vida, toman canciones y micrófonos prestados, para aterrizar en una tragicomedia musical.

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En un suspiro se va la vida y hay que vivirla como dice una de las canciones del espectáculo, «abriéndonos al infinito». La obra dramática de Nuñez tiene ese toque nostálgico del suspiro que nos transporta a otro espacio-tiempo, ese momento de ilusión que pasa por nuestra mente y que en un breve instante puede hacernos dueños del mundo.

La historia está flanqueada por actores y actrices que se defienden muy bien en nuestro idioma y que se atreven tanto en el canto como en la interpretación instrumental al piano. Las coreografías, ya de por sí sencillas se les dan mal y de forma evidente cuando se trata de secuencias grupales. Da la impresión de que el montaje ha sido poco arriesgado en su concepción, pues la propuesta textual podía haber permitido muchos más juegos escénicos y quizás otro tipo de ambientes. La obra en algunas zonas se queda semioscura, carente sobre todo de luz frontal. Espacialmente en la composición es pobre, pues juega con una sola carta: el centro del escenario.