La UCA recibe a sus alumnos con dos relatos de Manuel Ruiz Torres
El Servicio de Publicaciones ha editado 20.000 ejemplares de 'Exploraciones', un volumen con dos historias del escritor gaditano
Actualizado: GuardarSi Manuel Ruiz Torres, hubiera podido elegir sus recuerdos hubiera firmado por uno «más brillante» de su primer día en la universidad, cuando entró en un aula llena de humo de tabaco en Cádiz. No fumaba, pero aquella tarde, al salir de su primera clase, compró un paquete de Rex que presidiría su nuevo pupitre de ahí en adelante. Entonces el algecireño era un proyecto de licenciado en Química probablemente cegado por la luz del mundo que se abría ante él. Ahora, convertido en escritor recibe a los que este curso entrarán en el universo inabarcable e iniciático de una facultad, esta vez, sin humo. En concreto, de la Universidad de Cádiz, que ha editado 20.000 ejemplares - «mi tirada más larga», bromea el autor- del libro Exploraciones.
El rector de la UCA presentó ayer en Cádiz el volumen junto al autor y la vicerrectora de Extensión Universitaria, Marieta Cantos. El libro Exploraciones consta de dos relatos y un texto introductorio en el que Ruiz Torres relata ese primer día en la facultad hace 30 años con un «ejercicio de mucha memoria».
El algecireño recordó los tiempos en que Cádiz estaba mal comunicada y por lo tanto sembrada de pisos de estudiantes de Jerez, de Rota y de muchos de los lugares de la provincia que ahora «extraña» el autor. Por esa razón Ruiz Torres ha introducido en el volumen dos relatos de «las únicas zonas de las que hoy provienen los estudiantes que se quedan en Cádiz: La Sierra y La Janda».
Lugar para crecer
Los dos tienen en común que «son relatos iniciáticos» como metáfora de «la universidad que tiene el papel de articular lo que está dentro que tiene que salir fuera, que permite pulir las cualidades de cada uno y crecer», dijo el autor de Fara. El primero de ellos, Gandanera cuenta una historia real del paso entre la adolescencia y la juventud con un caso real. En El robo de la custodia plantea una historia «un tanto detectivesca con toques góticos al estilo de los relatos de intriga religiosa» que enlaza con el concepto de universidad como exploración «no sólo geográfica, sino científica o literaria».
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