Zapatero y Rajoy acuerdan un riguroso control de las ayudas públicas a la banca
El Parlamento avala por abrumadora mayoría de los votos los dos decretos que sustentarán el plan de rescate previsto para las entidades financieras
Actualizado:José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy sellaron ayer en sede parlamentaria un acuerdo que garantizará el control exhaustivo de las ayudas que el Gobierno prestará al sistema financiero. El Banco de España, la Comisión del Mercado de Valores y el Tesoro participarán en el proceso de compra de activos que gestionará el Ministerio de Economía y estará sometida a un control parlamentario bimensual. El Congreso, a su vez, vigilará que los recursos del fondo estatal se destinan a facilitar créditos a los ciudadanos.
El Gobierno recibió el aval parlamentario de la oposición -con sólo cuatro votos en contra- y todo el apoyo del PP después de que Zapatero hubiera aceptado las condiciones para desarrollar los decretos de ayuda al sistema financiero en el debate de guante blanco que celebró en el Congreso para convalidar los reales decretos. El jefe del Ejecutivo y el líder de la oposición escenificaron su acuerdo, que adquirió rango parlamentario, cuando el presidente del Gobierno enumeró los detalles de las medidas excepcionales adoptadas en sintonía con el Eurogrupo.
Rajoy anunció al jefe del Ejecutivo que su respaldo no es un cheque en blanco y tampoco debe serlo el apoyo del Gobierno a las entidades financieras. «Apuntalar con dinero público el sistema financiero -advirtió- no significa olvidarse de exigir responsabilidades por los posibles errores de gestión o los excesos cometidos».
Además, dejó claro que el acuerdo no anula su oposición en materia económica porque «el gigantesco esfuerzo económico que planteamos a los ciudadanos quedará en nada si no va acompañado de otras reformas que se necesitan urgentemente».
Economía real
Zapatero dejó para otro día la réplica a las pullas del líder opositor y se mostró agradecido por la unidad que cosechó en la cámara. Aunque insistió en situar en Estados Unidos el origen de la crisis, y destacar la fortaleza del sistema financiero español, reconoció que las dificultades han afectado a la economía real.
Para neutralizar las críticas del PP, que le acusó de beneficiar a la banca y olvidarse de los ciudadanos, Zapatero afirmó que sin la financiación extraordinaria a las entidades financieras «no hay posibilidad de recuperar crecimiento económico y crear empleo».
Tras permitir que los grupos de la oposición plantearan sus exigencias de mayor control del dinero público, aprovechó su única réplica para anunciar los requisitos pactados a los que estará sometida la compra de activos. El Tesoro, el Banco de España y la CNMV constituirán un comité para proponer y argumentar qué activos deben ser comprados. El Ministerio de Economía decidirá en última instancia, pero estará obligada a motivar su decisión en caso de rechazar las propuestas.
El secretario de Estado de Economía informará al Parlamento cada dos meses para evaluar la eficacia de las medidas. Este control parlamentario se suma al planteado para que el Ministerio de Economía rinda cuentas a la Cámara cuatrimestralmente.
El presidente del Gobierno defendió la «máxima rapidez» para que el crédito llegue a los ciudadanos y rechazó, por «demagógica», la iniciativa de Rajoy de un plan de ayuda a las familias. En este sentido, señaló que los acuerdos del Eurogrupo facilitaron una rebaja del euríbor de 30 puntos en una semana, lo que beneficia a quienes pagan hipotecas.