DESTROZOS. Los vecinos de calle Don Juan y sus alrededores se quejan de que las aceras se han roto y que en algunas zonas «han desaparecido». / JUAN CARLOS CORCHADO
Jerez

Los vecinos del centro de Jerez tildan de «chapuza» la Marea Negra

Los residentes de la calle Don Juan creen que «sólo quieren taparnos la boca» A los pocos meses ya había algunas grietas y «no han dejado ni las aceras»

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A veces es peor el remedio que la enfermedad. Eso es lo que deben pensar algunos vecinos del centro de Jerez del cacareado proyecto de mejora del asfalto que está acometiendo la Delegación de Infraestructuras y cuyos resultados, en algunas zonas, «son una verdadera chapuza».

Algunos de los residentes del casco histórico que se encuentran menos satisfechos con la ejecución de lo que se llamado Marea Negra son los que viven en la calle Don Juan, una bocacalle que da a la calle Arcos y en cuya esquina se encuentra la capilla de los Desamparados de la Hermandad de la Coronación, que llevaban casi una década reclamando arreglos en una vía muy transitada y en muy mal estado, y a los que el paso de los operarios les parece que «sólo ha sido para taparnos la boca, porque apenas han solucionado problemas, y encima han provocado más destrozos que antes no existían».

De esta forma, algunos de los alrededor de 100 jerezanos que tienen su vivienda en esa calle se suman a las críticas a la mala ejecución de la Marea Negra que ya habían expresado colectivos de otras zonas de la ciudad como los de la Zona Norte y mucho más recientemente los vecinos de la barriada rural de El Mojo.

En el caso concreto de la calle Don Juan, los residentes se quejan de que la mejora del asfalto ha destrozado las aceras e, incluso, ha hecho que «desaparezcan en algunas zonas de la calle y de sus alrededores». Y es que, como criticaron algunos vecinos, «da la sensación de que las máquinas han pasado por aquí sin mirar y tapando todo lo que encontraban a su paso».

El arreglo de esta vía, «el primero después de casi una década de protestas», se realizó este mismo verano. Y pese a que desde entonces apenas han transcurrido unos meses, los vecinos ya han podido comprobar cómo han ido apareciendo los primeros desperfectos. «Hay una grieta que cada día se hace más grande justo en medio de la calle. Se ve que en la parte más ancha decidieron echar el alquitrán en dos planchas y justo donde se unen las dos se está rompiendo el asfalto» se quejan los vecinos que no quieren que «cuando se haga más grande y lleguen las lluvias se convierta en una piscina».

El paso de la Marea Negra por la calle Don Juan también dejó agujeros junto a las balizas que marcan un vado, y algún detalle positivo como «un paso de cebra que llevábamos tiempo reclamando y que por fin han pintado».

Los residentes de esta calle pusieron de relieve que «es una zona muy transitada», ya que no sólo la recorren todos los días los coches de los padres que dejan a sus hijos en la guardería, sino que también es frecuente la presencia de camiones y cisternas que cargan y descargan mercancía de la bodega Lustau.

Por eso, critican que la reciente mejora en su vía, que «ha estado siempre muy olvidada salvo arreglos puntuales de los grandes socavones que se creaban y que hacían sufrir a los coches», no da demasiadas garantías de que «vaya a ser duradera».

ppacheco@lavozdigital.es