BREGA. Sambruno pugna con un rival por hacerse con un balón dividido. / VÍCTOR LÓPEZ
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Portuense y Roquetas firman las tablas en un duelo tedioso

Los de Ferri notaron la ausencia de Diego Ramírez en el centro del campo El José del Cuvillo registró la peor entrada de los últimos tiempos

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El partido que ayer ofrecieron Portuense y Roquetas en el Cuvillo no quedará en las retinas de ningún espectador, salvo por las ocasiones de las que disfrutaron los locales. Muchos aficionados prefirieron quedarse en casa de ahí la escasa presencia de espectadores que dio la entrada más baja de lo que se lleva de temporada. Aunque no es cifra oficial, pero se hablaba de algo menos de 800 euros de recaudación, por lo que ayer el Portuense además de dejar escapar dos puntos también perdió dinero. Nada más que los derechos de arbitraje superan los mil.

La primera mitad se pasó sin que ninguno de los dos equipos tirara sobre la portería contraria, lo que ya es decir. El Roquetas demostró que ni sabe ganar ni juega para ello. Los balones al cielo gris de la Bahía era la tónica predominante del juego exhibido más por los visitantes que por los locales. El Portuense notó sobremanera la ausencia de un hombre organizador como Diego Ramírez, lesionado. Uvi lo hacía bien defensivamente, pero cuando había que sacar el balón, ni él, ni el resto de compañeros estuvieron acertados en ese cometido.

Por detallar algo de la primera mitad, a los quince de partido un tiro cruzado de Abel por banda derecha que se cruzó en exceso. Ahí para de contar. El Roquetas ni siquiera eso. El Portuense quiso, pero tampoco supo poner cerco al portal de Bernal. El pitido de Figueroa Vázquez mandando los jugadores a los vestuarios fue lo más agradecido por parte de los aficionados.

Con el temor de repetirse el primer tiempo se dio paso a los segundos 45 minutos, donde se vio algo de más alternancia en el juego, aunque no fue para enmarcarlo. Pero sí se puede decir que los porteros tuvieron algo de trabajo. Lo menos que podían pedir los aficionados. Y todo debido a que el encuentro se rompió muy pronto porque ningún equipo era dueño del centro del campo. Balones de defensa a campo contrario o bien robo de balones de los jugadores locales a los zagueros almerienses.

Ocasión perdida

Así llegó la más clara ocasión local, cuando a los 59 minutos Sanlúcar pelea un balón en la línea de medios visitante que el escurridizo capitán logra llevárselo para recorrer unos metros en solitario, dando tiempo a los aficionados a empezar a saborear el primer gol rojiblanco. Pero el bornense, sólo como la una ante Bernal, se la estrelló en los pies, desperdiciando la oportunidad. Cuatro minutos antes, sería Jhony en el segundo palo quien también erró en un pase del propio Sanlúcar, a portero batido.

Al final el empate a cero que se hace merecedor a lo poco juego que unos y otros hicieron sobre el rectángulo de juego del Cuvillo, aunque por ocasiones y con la claridad que las tuvo, si el Portuense hubiese salido vencedor tampoco hubieran tenido motivo los almerienses para quejarse.