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Profesionales del turismo apuestan por más comercialización y ofertas comedidas
Los representantes del sector señalan que no hay guerra de precios sino promociones puntuales Hoteleros y gerentes de empresas auxiliares ponen sus esperanzas en los equipos de venta
Actualizado: GuardarPara gustos, los diferentes discursos del sector turístico ante la crisis y las políticas de precios agresivas que han emprendido algunas firmas en la provincia. La polémica la inició una oferta realizada por el touroperador Thomas Cook para el turista alemán en la que se vende un alojamiento de cuatro estrellas, en régimen de media pensión y la entrada al campo de golf de Novo Sancti Petri por 35 euros la noche, por persona. Esto supone una rebaja de casi el 75% sobre la tarifa oficial. Ésta fue la punta pero la madeja es más compleja y casi todos los hoteles de cuatro y cinco estrellas y gran parte de la oferta complementaria -instalaciones deportivas, visitas guiadas, actividades de turismo activo, entre otras muchas- tienen muy buenas ofertas para los meses de invierno. Siempre las hay, pero este año se presenta especialmente crudo si se le suma a la fuerte estacionalidad del destino la bajada en la demanda por la crisis económica internacional.
Quienes representan a un segmento importante de este sector económico llaman a la calma ante estas informaciones y recuerdan que cada empresario tiene todo el derecho a desarrollar las políticas de precios que crea oportunas pero a la vez lanzan un llamamiento a la prudencia y piden contención a la hora de bajar las tarifas. Éste es el caso del presidente de Horeca, Antonio de María, y del representante de los hoteleros de la misma organización, Antonio Real. Ambos insisten en subrayar que no hay guerra de precios sino «ofertas puntuales en meses de muy baja ocupación». Ellos conocen de cerca el mercado, llevan muchos años trabajando en él, y afirman que hay que salir más a la calle a vender, a cada uno de los mercados, y aguantar en tiempos difíciles porque, como dice Antonio de María, «quien aguanta en tiempos de crisis, triunfa». «Recuerdo que en el 93, tras la Expo de Sevilla, cuando vino la crisis en la demanda, hubo muchos alojamientos que regalaron estancias y no les fue nada bien», recordó De María.
En el otro lado de la balanza, los directores de alojamientos y de campos de golf afectados directamente por ofertas agresivas de la competencia que ven no sólo reducido el número de clientes que vienen a través de ciertos touroperadores sino que se han encontrado con que en meses muy tranquilos, como diciembre y enero -los sesenta días que más preocupan al sector, y en los que muy pocos alojamientos permanecen abiertos- se encuentran con equipamientos colapsados, como en el caso de los campos de golf de Novo Sancti Petri.
Todos coinciden en que hay que tener más presencia comercial en todos los segmentos y mercados, con especial atención a aquellos que tienen una economía fuerte como Suiza o los países nórdicos, tal y como apuntó el director del hotel Elba Costa Ballena, Alberto Hernández. Y muchos exigen ahora, más que nunca, eficacia a sus departamentos de venta. Por la promoción no abogan tanto, ya que ahora «no es tiempo de darse tanto a conocer, como cuando hay buenas cifras de negocio, sino de cerrar contratos», opinó el director comercial del futuro Palacio de Congresos de Jerez, Antonio Gómez.
Para el gerente de Sherry Golf, Emilio Lustau, «estas ofertas no son nada extraño ni hay que alarmar a la gente, sobre todo, si se mantienen sólo en los meses de diciembre y enero», coincidiendo con los representantes de Horeca. De María aseguró también que la oferta de Iberostar y Novo Sancti Petri, por ejemplo, «traerá a más alemanes a la provincia porque pretenden recuperar el terreno perdido en aquel país, ya que sus movimientos de viajeros han bajado; pero no me preocupa demasiado porque considero que es una estrategia empresarial puntual».
Este aspecto, precisamente, es el que más ha molestado a los profesionales del sector, ya que todos tienen ofertas, pero ha molestado que la más agresiva sea el resultado de una lucha comercial de dos grandes touroperadoras por hacerse con un hueco en el mercado alemán. Algunos profesionales temen que esta guerra -que poco tiene que ver con el destino de la Costa de la Luz- sumada a la crisis económica desencadene un efecto dominó que en pocos meses perjudique la imagen por la que han luchado durante años. Otros piensan que es mejor no hablar de estos temas y esperar a que pase la tormenta de la crisis. Para ver hasta qué punto hay que preocuparse por la política de precios sólo «hay que esperar a la temporada alta», explicaron los implicados.
mmorales@lavozdigital.es