
Palin regresa a la pasarela
La 'número dos' republicana ha protagonizado un espectacular cambio de imagen con el avance de la campaña para acercarse al modelo de la antigua Miss
Actualizado: GuardarVan a volver loca a Sarah Palin. El efecto impulsor que la gobernadora de Alaska proporcionó a John McCain cuando fue elegida para acompañarlo en su caminar hacia la Casa Blanca ha sido efímero. La imagen de madre de familia media estadounidense caducó a la semana de la Convención Republicana y los rectores de la campaña del senador de Arizona no saben cómo prolongar aquella efervescencia inicial.
Y han decidido aparcar sus aires rurales para convertirla en una mezcla de institutriz de Nueva Inglaterra y de antigua miss muy bien conservada. Su vestimenta ha cambiado en sus últimas apariciones públicas. Es más recia pero elegante, poco acorde al discurso incendiario que esparce cada vez que habla de Obama. ¿Qué fue de la Sarah hogareña, de la Sarah con cinco hijos, de la Sarah religiosa, incapaz de hablar mal de nadie? La contienda electoral le ha agriado el carácter, el estrés incluso le ha llevado a perder peso, según se puede ver en su inevitable presencia fotográfica en la prensa. Pero está más guapa.
Los estilistas han pulido paulatinamente el look de la número dos del elefante rojo. Había que actualizarlo a las circunstancias del combate. Palin, todo un punto y aparte en las presidenciales norteamericanas, ha evolucionado a velocidad meteórica en las últimas semanas. Atrás han quedado ya las ondas descontroladas y los recogidos con excesivo volumen que marcaron sus primeras apariciones públicas. Su melena está ahora mucho más cuidada y las mechas destacan sobremanera. Su famoso moño o ha desaparecido o ha perdido altura.
Fondo de armario
El fondo de armario es asimismo totalmente nuevo. Las chaquetas de sus trajes son más cortas, para dejar ver unos elegantes cinturones. Nada que ver con aquel aire provinciano del que se enorgullecía hace apenas seis semanas. Las faldas son rectas y cumplidas, para dejar claro que pese a dar a luz en cuatro ocasiones aún mantiene el cuerpo que la llevó a ser finalista de un concurso de belleza estatal allá por 1984, hace ya, veamos, veinticuatro años. Los tacones de aguja ayudan, si cabe, aún más a estilizar su figura.
Lo que no han cambiado son sus gafas, las Kazuo Kawasaki rectas, sin molduras. Sarah Palin sigue fiel a ellas. Eran anacrónicas con respecto a su antigua imagen. Demasiado modernas para Alaska. La empresa japonesa Masunaga Optical ha multiplicado sus ventas de forma espectacular gracias a la republicana.
Poco queda ya del estilo Palin que encandiló a los ya convencidos republicanos y llamó la atención al resto de los mortales, la imagen que esculpió una modesta peluquera de Wasilla, la localidad natal de la candidata a vicepresidenta. Jessica J. Steele, que regenta el Beehive Salon, arregló su cabello durante casi seis años. Y no la perdió como clienta hasta que comenzó la campaña. Por 30 dólares -22 euros- la peinaba cada sábado; 95 dólares -70 euros- si tocaba teñir.
«Allá por 2000 llegó a mi establecimiento pidiendo auxilio porque le habían pintado mal el pelo en otro local», explicaba al diario The New York Times la estilista de Alaska. «Había entrado en política y quería preocuparse un poco más por su imagen. Deseaba parecer una mujer más inteligente que bonita. Un look de tómame en serio. Tenía el cabello suelto y le sugerí que se lo recogiera porque así siempre estaría lista para el trabajo, sin demasiado mantenimiento», relataba Steele. Luego llegaron los cambios de tinte, de negro a tonos cálidos y rojos, con contrastes. Más tarde, los rizos. «Nos hicimos buenas amigas e incluso vino a mi despedida de soltera y más tarde me aconsejó cuando me divorcié».
«Ahora está a otro nivel»
Ya no ha vuelto al local. «Ahora está a otro nivel», admite Steele. En la actualidad Palin impone moda y glamour. Su cada vez más sofisticado estilo es seguido por las marcas más importantes de las pasarelas. En la red se venden los accesorios que utiliza para peinarse o los complementos de sus atuendos. También existe ya la Barbie Palin. Un portal de internet incluso ha comenzado a imaginar cómo se verían las celebridades como Angelina Jolie, Jodie Foster, Lindsay Lohan, Tyran Banks, Nicole Kidman, Charlize Theron o Jenniffer Aniston usando el estilo Palin.
Un éxito, sin duda, pero parece muy aventurado denominarla ya la nueva Jacqueline Kennedy, la esposa del presidente JFK, que dictó corrientes con los sombreros Halston y las gafas Oleg Cassini. De cualquier manera, no se puede negar que Palin crea tendencia, hasta en Europa, donde gusta más como viste que como piensa. Y eso que no sigue el consejo de Paris Hilton. «Tienes un cuerpo potente y no te lo guardes para ti», sostiene ese personaje imposible de encasillar. Y remata: «¿Por qué vestir un traje de pantalón, cuando puedes llevar un traje de baño?» Los estilistas republicanos no parece que vayan a recoger la sugerencia.