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FIRMA. Una joven que porta a su pequeño en brazos deja su rúbrica en el registro de Nueva Orleans durante la primarias llevadas a cabo por ambos partidos para elegir a sus candidatos. / AFP
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McCain afila su arma secreta

El héroe de Vietnam desliza en sus discursos la posibilidad de un de un fraude electoral en el registro de votantes proclives a Obama

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MERCEDES GALLEGO



Corresponsal. Nueva York

He aquí la peor pesadilla de la democracia estadounidense. Es 4 de noviembre. Las urnas han hablado, pero el candidato perdedor grita fraude. Florida 2000 reaparece en la mente de todos, pero esta vez la palabra por aprender no es «papeletas mariposa», sino ACORN.

¿Bellota? Según el diccionario sí, pero en la terminología electoral es el acrónimo de una organización no partidista sin ánimo de lucro cuyo mantra es la justicia social, pero que según lapidó John McCain el miércoles durante el último debate presidencial «está a punto de perpetrar uno de los más grandes fraudes en la historia electoral de nuestro país, y puede que de destruir el tejido de nuestra democracia», sentenció.

Eran palabras muy serias y amenazadoras contra la Association of Community Organizations for Reform Now (ACORN), que desde 1970 se dedica, entre otras cosas, a involucrar a las clases marginales en el proceso electoral. «La audiencia estaría preguntándose de qué estaba hablando» McCain, escribió el viernes en su editorial The New York Times.

Carga de dramatismo

Quizás era la primera vez que el senador de Arizona lo mencionaba públicamente con esa carga de dramatismo, pero su segunda de a bordo, Sarah Palin, lleva una semana deslizando la palabra «fraude» entre las consignas de sus mítines. La cadena conservadora FOX ha puesto a ACORN en su diana desde que hace un mes el candidato republicano empezó a caer en las encuestas, y entre todos han logrado que «el fraude electoral» sea ya tema de la campaña. Sólo entre los días 6 y 15 las palabras «voter fraud» aparecieron en 221 artículos de la prensa estadounidense, incluidos The New York Times, The Washington Post y USA Today, así como en 43 transcripciones de la cadena CNN, según la búsqueda de la organización Media Matters en la base de datos Nexus.

¿Qué ha hecho ACORN para desatar esa tormenta? «Aparentemente le han estado pagando a gente para que registre a votantes, y algunos de esos empleados, en lugar de registrar a la gente, han rellenado los formularios con un montón de nombres» que se han inventado o han cogido de la guía telefónica, explicó Barack Obama en el debate para responder a las acusaciones de McCain, que le exigió una «extensa» explicación de cuál es su relación con este grupo. Según Obama, poca. Le representó en un juicio en 1992, junto con el fiscal federal, para que se le permitiera registrar a votantes en el departamento de tráfico de Chicago, donde la gente va a sacarse el carné de conducir, equivalente al de identidad.

Contrato con una filial

La verdad es que por aquellas fechas también dio a sus activistas un cursillo de dos horas, y recientemente su campaña contrató a una filial de ACORN para movilizar el voto en las primarias, lo que alimenta la conexión que hacen los republicanos. ACORN se ha gastado en estas elecciones 16 millones de dólares (11,8 millones de euros) para registrar 1,3 millones de nuevos votantes en 21 estados, un requisito indispensable para que puedan votar, dado que en EE UU no existe otro censo electoral. Como la mayoría de esos nuevos votantes salen de clases marginales y son gente joven, es de prever que favorecerán mayoritariamente a Obama y supondrán un voto decisivo en estados clave como Ohio, Florida, Pensilvania, Carolina del Norte, Colorado, Virginia, Nevada o Indiana, que son también los lugares donde más ha crecido el número de votantes gracias a este tipo de esfuerzos. En muchos de ellos los republicanos ya han llevado la pelea a los tribunales para invalidar esos nuevos votos.

Cierto, en algunos de los formularios aparece Mickey Mouse, Mary Poppins y Dick Tracy, pero la organización se encargó de señalarlo antes de entregarlos, como requiere la ley. Y en cualquier caso nadie cree que el ratón de Disney se presente a votar. Está también el caso de Fredie Johnson, un afroamericano de 19 que rellenó 72 formularios a cambio de dinero y cigarrillos. La ley obliga a ACORN a entregar en las oficinas electorales todos los formularios firmados aunque los encuentre sospechosos, pero ese detalle sólo fue mencionado en dos de los 54 segmentos televisivos sobre el tema que ha emitido la CNN.

Más que intentar estafar al Gobierno, ACORN ha sido estafada por algunos de los 13.000 empleados que contrató para registrar votantes. En palabras del columnista Brad Friedman, «si no puedes ganar, roba las elecciones. Y si no puedes robarlas, clama que el otro lo ha hecho. Y si todavía no puedes acusarle de ello, lanza una cortina de humo que alguien te creerá». Encuestas

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