SOBRE EL CÉSPED. Los 28 jugadores que forman parte de la Academia Glenn Hoddle entrenan con balón en las sesiones de tarde. / JAVIER FERNÁNDEZ
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El mismo tren sí pasa dos veces

Montecastillo es el cuartel general de la Academia de Fútbol de Glenn Hoddle, que pretende recuperar a jóvenes promesas del fútbol británico y reintegrarlos en el mercado

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La vida ofrece a veces segundas oportunidades. En un mundo tan complicado para triunfar como el del fútbol, es difícil encontrar gente dispuesta a arriesgar por aquellos a los que se los ha llevado la corriente. Esa es la filosofía sobre la que se fundamenta la academia que ha puesto en marcha Glenn Hoddle, reputado ex futbolista británico que llegó a ser seleccionador absoluto de 1996 a 1999.

Las instalaciones de Montecastillo en Jerez de la Frontera se han convertido en el centro de operaciones de un novedoso proyecto que pretende recuperar a jóvenes promesas del fútbol británico y reinsertarlas en el mercado. La escuela empezó a funcionar el pasado 23 de septiembre, aunque el proyecto echó a rodar a principios de junio con las pruebas de selección.

Un grupo de 28 futbolistas, con edades comprendidas entre los 19 y los 21 años, se encuentra a las órdenes de los técnicos de la academia, todos con una dilatada carrera en la alta competición, con el objetivo de formarse física, táctica y mentalmente para ser estrellas en el mundo del balompié.

«Si no han destacado, cuando llegan a los 18 años los clubes dejan de contar con los jugadores, por motivos muy diversos. Pienso que a esa edad es pronto para decidir si un futbolista es válido o no, ya que algunos no han alcanzado su plenitud física y muchos de ellos pueden explotar un poco más tarde», relata Hoddle, una de las perlas del fútbol británico de los 80 que desarrolló buena parte de su carrera en el Tottenham.

Él mismo fue quien abrió las puertas de la selección a estrellas de la talla de Michael Owen, David Beckham o Rio Ferdinand, cuando apenas habían cumplido los 17 años, aunque advierte de que «es un caso distinto, ellos ya venían de triunfar en sus respectivos clubes».

Un marco ideal

Hoddle, que junto a Chris Waddle -con quien coincidió dos años en los spurs- fue uno de los centrocampistas con más clase de su época, reconoce que el clima es el principal motivo que le ha llevado a elegir Jerez para montar su proyecto. «En Inglaterra está todo el día lloviendo y es muy complicado hacer entrenamientos completos. Aquí hay un buen clima que permite entrenar en las mejores condiciones. Además, tenemos dos campos de calidad y unas instalaciones excelentes, mejores incluso que algunas academias e incluso clubes de allí».

La rutina para estos chavales, que en su mayoría es la primera vez que salen fuera de sus hogares, comprende once sesiones semanales de entrenamientos. Trabajan unas seis horas al día. Por la mañana, la preparación se divide en tres apartados: ejercicios en la piscina, circuito de ejercicios en el gimnasio y trabajo al aire libre. Ya por la tarde, el trabajo se centra en el balón. El domingo es el día de la semana que tienen para descansar.

El grupo forma una familia en la que todos son importantes, y donde el compañerismo es uno de los principales valores que se ponen sobre el tapete. No se trata de competir, sino de formar a chavales física, táctica y mentalmente. Por ello, el trabajo es personalizado y los técnicos se preocupan de corregir personalmente a cada uno de ellos. La planificación se asemeja a la de un club de fútbol, por lo que la estancia se prolongará hasta el próximo mes de julio. No obstante, se hacen evaluaciones periódicas del desarrollo de los futbolistas y no está cerrada la puerta para posibles salidas antes de tiempo.

La academia se sostiene principalmente mediante inversión privada, aunque cuenta con el apoyo de Hummel, Mitre, Europe Car y la Universidad de Leeds (Leeds Met University), y está abierta a todas aquellas firmas que estén interesadas en apoyar el proyecto.

A diferencia de un club, el objetivo de este grupo no es competir, por lo que puede permitirse el lujo de contar con cuantos jugadores quiera por posición, y tenerlos el tiempo que haga falta para poder formarlos. Además, no hay un número limitado de plazas.

Hoddle es ambicioso y vaticina que «en unos cinco años es posible que podamos contar entre nosotros con alguna estrella. Nuestra idea es expandir el proyecto por otros lugares de España y el resto de Europa y contar con jugadores de todas las nacionalidades, y abastecer, de este modo, no sólo a clubes ingleses, sino también de otras ligas».

Formación completa

La planificación prevé dos partidos a la semana. En las tres semanas que llevan afincados en Jerez, ya se han enfrentado a rivales como el Sevilla C, Betis B, Jerez Industrial o San Fernando. Se estima que los jugadores pasarán unos 250 días de media al año en la academia. Cada cinco semanas, viajarán una semana a Inglaterra, donde también disputarán partidos y los jugadores podrán tener contacto con sus familias. De hecho, está previsto que, en diciembre, un grupo de familiares de los jugadores pase cuatro días en Montecastillo. Las vacaciones llegarán en Navidad, Semana Santa y verano.

Además, en la academia se imparte una formación teórica encaminada a la gestión deportiva y se dan clases de español, para que los jugadores aprendan a desenvolverse cuando tengan que afrontar una nueva vida en otro país.

Un hombre como Hoddle, que disputó dos mundiales con su selección (en México 86 tuvo que sufrir en sus carnes a Maradona en el partido que pasó a la historia por la famosa Mano de Dios y por el gol en el que el argentino partió desde el centro del campo), supone una garantía de éxito. De hecho, los jóvenes se sienten afortunados de poder disfrutar de sus conocimientos. Él, por su parte, califica de «valiente» e «interesante» su iniciativa y está deseando de que empiecen a caer sus primeros frutos.