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Rove mantiene su apuesta republicana

Karl Rove, el hombre que elucubró la estrategia que llevó a George W. Bush a conseguir sus dos victorias electorales y que actualmente vende sus servicios a empresas como experto político, afirmó ayer en un editorial publicando por el periódico The Wall Street Journal que las posibilidades de un triunfo republicano son complicadas, pero no imposibles. «Si el señor McCain sale airoso, habrá tramado el más impresionante e improbable regreso político desde Harry Truman en 1948. Pero tener que volver atrás más de medio siglo para buscar inspiración, no es lo que quieren los responsables de campaña ahora», escribió Rove.

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El arquitecto político de la actual Administración, asegura que McCain tiene la peor valoración de un candidato desde hace mucho tiempo. Debe intentar mantener vivo el fuego de los republicanos, pero lo cierto es que hace diez días concluía que, en aquellos momentos, sin contabilizar todavía la derrota en el último debate, el senador de Arizona había perdido ya la Casa Blanca.

Rove sabe que los presidentes de Estados Unidos -como dejó claro el fiasco de Florida en 2000- no son producto ni de elecciones directas ni de una mayoría del voto popular. Por ello, según el experto, la verdadera fuente de preocupación para la campaña de John McCain se centra en toda la compleja matemática estado por estado que hay que cuadrar para ganar el 4 noviembre. Una cita con las urnas que encierra en realidad cincuenta consultas diferentes, una por cada estado de la Unión, para elegir a los miembros del llamado Colegio Electoral, la institución que formalmente designa a los ocupantes de la Casa Blanca.

De acuerdo a las explicaciones de Rove, que desde que abandonó el equipo de George W. Bush ejerce de comentarista multimedia, si las elecciones se celebrasen esta semana, Obama ganaría en todos los estados de la Unión donde hace cuatro años se impuso John Kerry frente a George W. Bush. Y sumaría además Nuevo México, Iowa y Colorado, lo que le otorgaría una mayoría de 273 votos electorales y, por tanto, la Casa Blanca.

«No me puedo creer que a un mes de las elecciones estemos hablando de Indiana como un estado empatado. O Carolina del Norte, o Virginia. Obama sería el primer candidato no sureño del Partido Demócrata que gana en un estado del sur desde John F. Kennedy», concluye.