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El Ejército de Tailandia se suma a la sociedad civil para derribar al Gobierno
El general Paochinda exige la dimisión del primer ministro Somachai Wongsawat descarta renunciar a su cargo bajo presión
Actualizado: GuardarEl Ejército tailandés se suma ahora a la sociedad civil para exigir la formación de un Gobierno con base democrática y no fruto de la gran cacicada en la que se ha convertido la política del reino asiático desde que los militares tomaron el poder por la fuerza en septiembre de 2006. Desde entonces, el Ejecutivo ha estado en manos de una Junta Militar, luego bajo el mando del partido leal a Thaksin Shinawatra, quien fue derrocado en el golpe de Estado y sobre el que pesan cargos de corrupción que han terminado en su exilio, y, finalmente, a las órdenes del cuñado de este último.
Todo ello ha provocado una volatilidad política y una desestabilización social que ha dejado dos muertos y cuatrocientos heridos en las calles de la capital, Bangkok, y ha puesto a la economía nacional, en la que el turismo tiene gran peso, contra las cuerdas. Por si fuera poco, ahora incluso se cierne sobre cielo tailandés la posibilidad de una guerra con Camboya por culpa de un templo fronterizo.
Ayer, el jefe del Ejército tailandés, el general Anupong Paochinda, mostró su fatiga en una entrevista en televisión que el diario 'Bangkok Post' ha calificado de «golpe de Estado silencioso». Pidió al actual primer ministro, Somchai Wongsawat, que asuma su responsabilidad en el caos político que ha sucedido a las violentas manifestaciones que llegaron incluso a colapsar el Parlamento, y que dimita, algo que el dirigente tailandés se apresuró a responder ayer en una rueda de prensa multitudinaria: «Tengo el respaldo de los seis partidos de la coalición gubernamental y no seguiré los dictados de un general». Además, Wongsawat añadió que este es un mal momento para tomar decisiones políticas precipitadas porque se acercan tres acontecimientos de calado nacional muy 'sui generis': el funeral de la princesa Galyani Vadhana en el próximo noviembre, el cumpleaños del rey en diciembre, y la organización de la cumbre de la Asean.
Borrón y cuenta nueva
Sin embargo, la presión sobre su equipo directivo es cada vez mayor y, tal y como declaró el general Paochinda, la población considera que es necesario hacer borrón y cuenta nueva. «Hay que comenzar de nuevo todo el proceso democrático para cerrar este capítulo negro de la política tailandesa y devolver la confianza del Pueblo en las instituciones gubernamentales», dijo el militar. «La imagen que Tailandia está proyectando hacia el exterior no puede ser peor, y ningún Gobierno debería mantenerse en el poder después de haber derramado la sangre de sus ciudadanos», agregó el militar disidente en referencia a la represión de las manifestaciones del pasado día 7, que está siendo objeto de dos investigaciones diferentes.