Seis hombres vestidos con el tradicional traje austríaco escoltan el ataúd de Haider. /AFP
fallecido hace una semana

Miles de austríacos dan el último adiós al líder ultraderechista Jörg Haider en un funeral de Estado

La radiotelevisión pública 'ORF' cifra en 25.000 las personas que han asistido al acto en honor al líder xenófobo

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Como si se tratara de un jefe de Estado, una estrella del pop o un líder religioso, la región austríaca de Carintia ha despedido hoy al dirigente ultraderechista Jörg Haider, su gobernador durante 9 años fallecido el pasado sábado 11 en accidente de tráfico, con un funeral cargado de honores y al que han asistido más de 25.000 personas, según la radiotelevisión pública ORF.

La Plaza Nueva de Klagenfurt, capital de Carintia, ha acogido hoy un ceremonial de Estado, con la presencia del presidente de Austria, Heinz Fischer, el canciller, Alfred Gusenbauer, y la cúpula política de la nación alpina.

Desde su muerte el pasado sábado en un accidente de circulación, cuando conducía ebrio y al doble de la velocidad permitida, Austria sigue recuperándose de la inesperada muerte de su político más polémico, pero también más relevante, de las últimas dos décadas.

En la ceremonia fúnebre los oradores -la mayoría amigos y correligionarios de su Alianza por el Futuro de Austria (BZÖ) que cosechó notables resultados en las últimas legislativas austríacas- han insistido en destacar a Haider como un "visionario" y un "hombre del pueblo. Nuestro gobernador no puede morir" llegó a decir con un tono cercano al de la veneración, Uwe Scheuch, nuevo jefe de filas del BZÖ en Carintia, que animó a esforzarse para continuar el "trabajo" de Haider .

Tras ser incinerados, los restos mortales de Haider han sido enterrados hoy mismo en una capilla en las propiedades familiares en Bärental, en una ceremonia privada.

Ambiguo con los nazis

Pocas críticas se escucharon hoy sobre quien, en los años 90, alabó la política laboral de Hitler o denominó "centros de castigo" a los campos de concentración. Aunque su calculada ambigüedad respecto al pasado nazi de Austria había sido relegada en los últimos años, Haider seguía abanderando un discurso nacionalista, xenófobo y crítico con la Unión Europea (UE).

Incluso el canciller socialdemócrata, Alfred Gusenbauer, mostró su "respeto y reconocimiento" y calificó a Haider como una persona que "no dejaba indiferente a nadie, en lo positivo y en lo negativo. Fue capaz de impresionar a mucha gente, pero también de desatar contradicciones", indicó

En lo más parecido a una crítica de su alocución, el canciller se refirió a que Haider "planteó exigencias a otras personas que él mismo no estaba en posición de cumplir"