La 'bestia blanca' acecha el Calderón

Alpe d'Huez, Galibier, L'Angliru, cimas míticas que se comparan con las dificultades en las que el Atlético está inmerso. Una sucesión de partidos contra duros rivales que el caprichoso sorteo de la Liga estableció para todos: Sevilla, Barcelona, Real Madrid y Villarreal. De momento, los rojiblancos naufragaron ante los hispalenses y sufrieron una pájara histórica en el Nou Camp. Hoy se enfrentan al equipo merengue, que a priori no es el mejor antídoto para la crisis. Lleva sin perder en el Calderón desde que comenzó el siglo, ya que su última derrota allí se remonta al 12 de junio de 1999. Entonces, los goles de Lardín, Juninho y José Marí bastaron para superar el tanto de Morientes.

Uno de los principales artífices de la inmensa superioridad merengue es Iker Casillas. No ha perdido ni una de sus ocho visitas al Manzanares y sólo ha encajado tres goles por los 17 que han endosado a su rival, varias veces goleado. Todos los jugadores blancos coinciden en señalar que el poderío ofensivo del Atleti es muy importante, con Diego Forlan y el Kun Agüero como máximos exponentes. Sin embargo, Casillas ya fue capaz de secar su pólvora con grandes intervenciones el año pasado, cuando el Real Madrid se impuso por 0-2. «Es un estadio que me da suerte y en el que me encuentro muy a gusto», reconoce. El Real Madrid afronta el choque con bastantes bajas. Guti, cerebro del equipo, ha recaído de su lesión muscular. Diarra y Miguel Torres tampoco estarán. Además, la presencia de Robben está en duda. Quien sí saltará seguro al campo es Van Nistelrooy. El ariete holandés no cree que sea un buen momento para enfrentarse al Atlético después del 6-1 ante el Barça. «Tendrán ganas de revancha. Están motivados y su afición también», afirmó el delantero.

La gran pesadilla del Atlético se llama Raúl. El capitán madridista es especialmente productivo en estos enfrentamientos, hasta el punto de que con 11 dianas está a sólo dos de igualar a Di Stéfano y Santillana como máximos goleadores ante el eterno rival.

Sin ir más lejos, la pasada campaña sólo necesitó 36 segundos para abrir el marcador en el Calderón. Esa es otra de las características del derbi: la celeridad con la que los blancos baten a los cancerberos colchoneros.

Agüero, mermado

El Kun es la principal baza rojiblanca para cambiar la tendencia. Así lo entienden los aficionados locales e incluso los rivales. Por eso, el pánico y la indignación invadieron la ribera del Manzanares al observar sus habitantes que su emblema disputaba los 90 minutos del partido clasificatorio para el mundial entre Argentina y Chile aunque arrastraba una sobrecarga en el abductor del muslo derecho. Para el Atlético, perder significaría alejarse siete puntos de los puestos de cabeza, un mundo con sólo siete jornadas disputadas.