La UE da un paso atrás en la lucha contra el cambio climático
La Unión Europea retrocedió ayer en sus compromisos de lucha contra el cambio climático. Cediendo a la presión de Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Rumania, Eslovaquia e Italia, el Consejo Europeo aceptó que lo que se denomina el «reparto de la carga» de los compromisos europeos para el post-Kioto sea adoptado por unanimidad durante la cumbre europea de diciembre.
Actualizado: GuardarEl consenso que se requerirá entonces para articular las decisiones europeas contra el cambio climático otorgará derecho de veto a quienes no estén de acuerdo con los sacrificios que serán exigidos.
La decisión de la cumbre comunitaria es un retroceso porque las propuestas de los Veintisiete contra el cambio climático en el post-Kioto (de 2012 en adelante), constituían un «punto de llegada» y no las bases para una negociación. Los cuatro porcentuales mágicos (menos 20% de emisiones, 20% de generación de energía a partir de fuentes renovables, 20% de ahorro energético y un 10% de biocombustibles en los automóviles, todo para 2020), resultaba de negociaciones de la Comisión Europea con los estados miembros.
El texto final aprobado confirmó su determinación por sostener «los compromisos asumidos contra el cambio climático, cuyos parámetros fundamentales y equilibrios deben ser preservados». Pero señala también que la Comisión y la Presidencia del Consejo deberán trabajar a marchas aceleradas para conseguir que la aplicación de los acuerdos ya adoptados se efectúe «tomando en cuenta la situación específica de cada cual, en el respeto de una relación costo-eficacia rigurosamente establecida».
Aval de España
Las reticencias de algunos nuevos socios de la UE a los esfuerzos contra el cambio climático -temor a que la crisis financiera mundial termine en recesión y al impacto de los planes sobre su industria- se asemejan a los de España cuando la UE asumió el protocolo de Kioto. Madrid batalló entonces (estamos hablando de 1997) para aumentar sus emisiones de vertidos contaminantes a la atmósfera, y obtuvo un 15% más, con respecto a los niveles de 1990. Luego, multiplicó ese porcentaje, convirtiéndose en el socio comunitario más incumplidor de los acuerdos de Kioto.
Ayer, sin embargo, el presidente Zapatero manifestaba en rueda de prensa que España acepta los compromisos para el post-Kioto tal y como están planteados por la Comisión, y que la lucha contra el cambio climático «no constituye un freno, sino un estímulo para nuestro desarrollo económico».