La Ampa del Miramar logra que se paralicen las obras del tranvía en horario de clase

Las molestias causadas por las obras del tranvía siguen siendo objeto de las quejas de los ciudadanos isleños. Los padres del colegio Miramar, ubicado en la calle Real, están sufriendo esta primera fase de obras en las puertas del centro en el que estudian sus hijos. En estas semanas se han sucedido las protestas por la inseguridad provocada por la cercanía de la maquinaría con las instalaciones estudiantiles. También se han quejado del ruido y la dificultad para acceder a las inmediaciones del colegio; los padres llegaron incluso el pasado martes a plantearse dejar de llevar a los pequeños a clase.

Pero la situación comienza a adquirir otro cariz, ya que los representantes de la empresa responsables de las obras llegaron ayer a un acuerdo con la dirección del Miramar y su Asociación de Madres y Padres. En primer lugar las máquinas más ruidosas y de grandes dimensiones no funcionara en horario escolar, incluso ciertas tareas se pospondrán a días no lectivos. Además, la obra quedará paralizada por completo de 8.45 a 9.15 horas y de 13.45 a 14.15 horas. Además, un operario de la obra controlará la entrada y salida de escolares que se hará de forma gradual de menor a mayor edad.

La dirección de la obra se ha dado un plazo de dos días para cubrir el socavón que existe en estos momentos frente a las ventanas de las aulas de los niños de prescolar de cuatro años. A su vez para tranquilizar a los padre la empresa constructora ha facilitado a la dirección del colegio Miramar un informe técnico que asegura el cumplimiento de las condiciones de seguridad de la obra.

Sin embargo, ayer a la salida del colegio los padres continuaron con las protestas «estamos aglomerados entre vayas mientras esperamos que salgan y los días de lluvias es mucho peor, tampoco hay dónde aparcar».

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