
McCain afronta su última oportunidad
El partido republicano exige a su candidato que dé un golpe de efecto en el último debate, que se celebra hoy, mientras Obama sólo debe defenderse
Actualizado: GuardarNueva York Hempstead, Long Island. Tercer y último asalto. El debate que se celebra hoy en la Universidad de Hofstra es la última oportunidad previsible que tiene el senador John McCain para darle la vuelta a su situación electoral. El demócrata Barack Obama le lleva entre 6 y 11 puntos de ventaja en las encuestas. El tema del debate es la economía, su talón de aquiles, y desde el partido republicano crece la presión para que dé hoy un golpe de efecto.
El problema es que los consejos que le llegan son bastante contradictorios. Las bases le piden que sea más agresivo, que aproveche los 50 o 60 millones de espectadores que tendrá para contar al país los nexos terroristas de Obama con el fundador de la Weather Underground Bill Ayers, que recuerde las ideas radicales de su pastor Jeremiah Wright o la relación con el empresario corrupto Tony Rezko que recaudó fondos para él.
Estos son los temas que exaltan a los republicanos y les motivan a salir a las urnas, pero otras mentes más sosegadas dentro del partido recuerdan que las elecciones se ganan con los independientes, y ese tipo de discursos negativos sólo servirán para alejarles más. En el último debate las encuestas de CNN revelaron que Obama se ganó el favor de éstos por 54 a 28. Y como el aspecto que más preocupa a los que no comulgan con ningún partido es la economía, los líderes republicanos de estados bisagra como Pensilvania piden que llegue armado con un paquete de medidas económicas capaz de impresionarles, como las que anunció ayer.
La economía debía ser el tema de este último debate, pero su rabiosa actualidad debido a la crisis financiera ha hecho que dominase todos.
La cadena ABC y el diario The Washington Post preguntaron a los votantes quién maneja mejor el tema económico «al margen de su afiliación política». La respuesta fue abrumadoramente favorable para Obama.
Rebelde
Si sigue con la línea demostrada hasta ahora, McCain no querrá arriesgar esta noche su imagen de republicano rebelde e independiente frente a una audiencia nacional, y preferirá centrarse en pintar a su rival como un joven inexperto que «en menos de tres años se ha convertido en el senador más liberal de la cámara», recordó ayer en su mítin de Pensilvania. «Nunca al pueblo estadounidense se le ha pedido que arriegue tanto basándose en tan poco», sentenció.
Para los que le preocupa la situación económica, McCain insiste en pintar a Obama como otro demócrata más que le subirá los impuestos, y advierte que «no hay mejor fórmula que esa para convertir la recesión en una depresión».
Lo que debe evitar a toda costa es dejar traslucir su desprecio y malhumor, como ocurriese en el anterior debate cuando perdió las formas para referirse a él como «ése», con los dientes apretados y cara de malas pulgas. Fue lo más condenado del debate, y también la imagen más repetida. Por su parte, Obama sólo tiene que defenderse, mantener la imagen presidenciable de los anteriores debates y no cometer ningún error.
Sólo faltan 20 días para las elecciones y su plan es seguir navegando a velocidad crucero por los estados decisivos de estas elecciones y encargarse de que el 4 de noviembre todos sus partidarios salgan a votar, en un país donde la abstención suele situarse en torno al 50%.