Zapatero y Rajoy acuerdan acometer grandes reformas para frenar la crisis
El presidente logra un apoyo escéptico al plan extraordinario, pero asume que la economía será el caballo de batalla de la oposición
Actualizado: GuardarJosé Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy fueron incapaces de cerrar ayer un acuerdo en firme sobre las medidas para atajar la crisis, pero al menos se comprometieron a sentarse en una misma mesa a fin de pactar las reformas estructurales que necesita la economía española.
El presidente del Gobierno aseguró que impulsará «a la mayor brevedad posible» la búsqueda de un consenso en este terreno y convocará en el plazo de quince días el Pacto de Toledo para trabajar de manera «urgente» con el primer partido de la oposición, sindicatos y empresarios. «Esto será un mensaje de tranquilidad para nuestro sistema básico de bienestar social», se congratuló. La economía no dejará de ser, en todo caso, terreno de confrontación política. Rodríguez Zapatero lo dio por hecho y quitó hierro al asunto convencido de que «siempre habrá cosas del día a día sujetas a la dialéctica Gobierno-oposición».
Así, los Presupuestos Generales del Estado, para los que el jefe del Ejecutivo no encontró ni la más mínima «rendija» de entendimiento con el PP. Ambos partidos consideran que las cuentas públicas son el principal instrumento económico de que dispone el Estado, pero discrepan sobre cómo deben ser utilizadas.
Rodríguez Zapatero sí recabó un apoyo escéptico de Mariano Rajoy a los decretos-ley aprobados en los últimos días para inyectar liquidez y dar estabilidad al sistema financiero.
El presidente del Gobierno había exigido su respaldo incondicional a unas medidas que han sido ya aprobadas por el Consejo de Ministros y que serán sometidas a la convalidación del Parlamento el próximo lunes, pero dejó abierta la puerta a negociar la letra pequeña, es decir, el desarrollo efectivo de las medidas. «Mi responsabilidad y voluntad es que cuenten con el máximo respaldo posible», dijo.
El PP pedía garantías de que los recursos que se introducen ahora en el mercado mediante la compra de activos a las entidades financieras repercutan en las familias y las pymes. Y Rajoy se dio por satisfecho con la promesa de que el Banco de España tendrá una participación relevante en la supervisión de todo el proceso. Pero quiere verlo por escrito.
El líder de la oposición advirtió de que, tal y como están redactados, los decretos no le ofrecen suficientes garantías de control y transparencia porque dejan exclusivamente en manos del Gobierno la decisión de «qué títulos se compran, a quién y a qué precio» o a quién y con cuánto se avala. «No puede ser así», reprochó.
Pero renunció a que sea una comisión parlamentaria ad hoc la que supervise todo el proceso y aceptó que la encargada sea la de Economía, aunque no a través de informes cuatrimestrales, como pretende el Ejecutivo, sino de forma más periódica.
Aún está por ver qué hará el PP el lunes, aunque Rajoy dio a entender que votará a favor del plan gubernamental. Zapatero, por su parte, aseguró que «hay un punto de entendimiento en las medidas de mantenimiento del sistema financiero» y se comprometió a dar a conocer de antemano a los populares los reglamentos de desarrollo.
«Nos hemos comprendido recíprocamente: yo entiendo que él tiene que hacer el papel de pedir que yo le anticipara las medidas y él ha comprendido que un Gobierno que tiene que resolver en un fin de semana decisiones de este calibre no puede volver a España a sentarse a consultar con la oposición», explicó el presidente.
Libre mercado
El jefe del Ejecutivo alegó además las dificultades para controlar que el dinero llega a quien lo necesita. El Ejecutivo no puede decir a la banca lo que debe hacer y cree en el libre mercado, como dijo el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, el pasado viernes. Ante esa realidad, las pegas del PP son un «debate falso» circunscrito al terreno de la refriega política.
«Éste es un apoyo a todo el país; si un sistema financiero no funciona, no puede funcionar el país, ni las empresas se pueden mantener ni crear empleo y tampoco hay capacidad de ahorro ni de inversión», insistió. Además, prometió que «el Gobierno incentivará que los recursos que presta sean los más útiles para las pymes y las familias».
Al modelo de supervisión del sistema financiero se dedicarán también algunas de las reuniones previstas en torno a la mesa de las reformas estructurales que ayer anunció Zapatero. Rajoy apuntó que su partido venía reclamando desde hace tiempo este paso y se mostró «dispuesto a llegar a acuerdos».
El líder de la oposición concede menos importancia a la voluntad de acuerdo mostrada por el jefe del Ejecutivo en este terreno que al establecimiento de mecanismos de control de los 150.000 millones de euros que el Estado pondrá de sus arcas para sustentar la banca.
El presidente del Gobierno sí subrayó que el entendimiento es crucial porque «las reglas de supervisión de las entidades están pensadas para durar en el tiempo y no deben depender de un cambio de Gobierno».