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El primer examen para Del Bosque
España disputa en Bélgica el único partido serio desde que ganó la Eurocopa «Es un excelente rival para analizar nuestro estado», asegura el técnico español
Actualizado: GuardarSolventados los trámites con membrete oficial ante los amigos de Bosnia-Herzegovina, Armenia y Estonia, Vicente del Bosque se somete a su primer examen parcial como seleccionador. Bélgica, una selección joven, en progresión, cimentada en el equipo que alcanzó el cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de Pekín, representa un buen test para analizar la salud de España, según todos los parámetros la mejor del mundo. Sin ser tampoco el «excelente» equipo que pregona Del Bosque, Bélgica sí es un enemigo directo en la lucha previa al Mundial de Sudáfrica. Ahí sólo competirá el líder de grupo -el segundo iría a la repesca- y, salvo sorpresa mayúscula, tocará jugárselo ante los discípulos de Vandereycken y contra los siempre peligrosos turcos.
Como dice el técnico español, si se gana en el estadio Rey Balduino de Bruselas, donde se calcula la presencia de unos 15.000 emigrantes españoles, en torno a la tercera parte del aforo, «nada será definitivo pero el objetivo estará bien encauzado».
Un campo, por cierto, con historia. Se transformó para la Eurocopa de 2000, pero se le conoce como el viejo Heysel. Aquí se produjo una de las mayores tragedias en la historia del fútbol: los imborrables 39 muertos en los prolegómenos de la final de la Copa de Europa de 1985 entre la Juventus y el Liverpool. Y aquí nació la leyenda del pupas cuando en 1974 el Atlético dejó escapar la Copa de Europa que ya tenía agarrada ante el Bayern. El gol de falta de Luis, el zapatazo final de Shwarzenbeck, el peor error de Miguel Reina, el padre de Pepe, el del Liverpool...Ya saben.
Tristes recuerdos al margen, considera el técnico que España llega muy bien preparada a la reválida en el corazón de la Unión Europea, que su estudio de las dificultades que pudieran presentarse ha sido pormenorizado. Pero le inquieta que tantos éxitos precedentes se suban a la cabeza. El título europeo, dos años sin perder -26 partidos-, más de siete sin encajar un gol, el récord de imbatibilidad de Casillas, cuatro meses al frente del ranking FIFA... El riesgo de verse perfecto, vaya.
«No podemos salir de la realidad, del cambiante mundo del fútbol. Creernos superiores y jugar con altibajos sería peligroso. Los estonios eran más sencillos, pero los belgas son fuertes y sabemos que nos exigirán máxima dedicación», advierte el reflexivo preparador salmantino. En principio, sus pupilos no precisan una clase particular extra de motivación como la recibida en Tallín.
Los Diablos Rojos pretenden resurgir de sus cenizas. Para ello, nada mejor que quemar a la plusmarquista España, un viejo enemigo con el que acumulan nueve derrotas, seis empates y cinco victorias, 21 goles a favor y 37 en contra.