El Rey visita la exposición de Rembrandt que hoy inaugura El Prado
El Rey inauguró ayer la exposición del Museo del Prado Rembrandt, Pintor de Historias, una muestra que recoge, por vez primera en España, 40 obras del maestro holandés procedentes de veinte puntos distintos de Europa y Estados Unidos.
Actualizado: GuardarAcompañado por el ministro de Cultura, César Antonio Molina, Don Juan Carlos recibió explicaciones del comisario de la exposición, Alejandro Vergara, sobre gran parte de las 35 pinturas y cinco estampas que integran esta exposición, que ilustra cada una de las etapas artísticas de uno de los más grandes pintores de la historia del arte occidental.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, y el presidente del BBVA, Francisco González, han estado también presentes, junto al director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, en esta visita inaugural de la exposición, que abrirá sus puertas al público a partir de hoy y hasta el próximo 6 de enero.
Durante la visita, el Rey Juan Carlos ha tenido la oportunidad de contemplar obras representativas de las distintas fases de la trayectoria de Rembrandt como narrador de historias, en una secuencia cronológica que abre su Autorretrato con traje oriental a los 25 años de edad y cierra su Autorretrato como Zeuxis, que deja en el recuerdo del visitante el gesto sonriente del autor, ya casi con 60 años de edad.
Obras del mundo
Contribuciones del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, del Rijksmuseum de Amsterdam, de la National Gallery de Londres, de la National Gallery of Art de Washington y de otros 13 museos internacionales acompañan a la única obra de esta muestra propia del Prado, Artemisa, elegida simbólicamente por los visitantes como fondo para posar ante los fotógrafos en esta inauguración.
La muestra que hoy se abre al público en las salas A y B del nuevo edificio de la ampliación del museo del paseo del Prado madrileño incluye obras destacadas de la juventud del pintor, como San Pedro y San Pablo, junto a la monumental Sansón y Dalila, perteneciente a la madurez del artista, y una de las más importantes de sus últimos años, la Betsabé del Museo del Louvre.