SIERRA

«La lluvia se ha llevado el trabajo y la lucha de toda una vida»

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Los vecinos de la pedanía arcense de Jédula, sobre todo de la calle Pozo de la Bomba, continuaban ayer con las labores de limpieza y desagüe de sus garajes y viviendas que se vieron afectados por las trombas de agua de la mañana del sábado. Ellos aseguran que cayeron «unos 180 litros por metro cuadrado» desde las 8.30 de la mañana hasta las 12.30 del mediodía. A lo que se unió que un muro que se encuentra al final de la calle, que forma parte de la obra de la travesía urbana de Jédula, hizo de embalse y evitó que la calle desaguara.

Esto provocó que numerosas casas se vieran anegadas. Ese fue el caso de la vivienda de José Gil Naranjo que fue invadida por «casi medio metro del agua», apunta el propio vecino. «El agua nos entraba por las puertas, delantera y trasera, y el garaje, que ya ha sido tapiado», esto provocó que «todos los muebles, colchones y nuestros enseres se hayan llenado de agua y barro y se nos hayan echado a perder», asegura. Añadiendo que «hemos perdido el trabajo de toda una vida, recuerdos personales y bienes materiales. Esto ha sido una ruina y esperamos que nos ayude».

La tromba de agua sorprendió a esta familia cuando sólo se encontraban en casa el propio padre y uno de los hijos, Jaime. Ambos trataban de salvar muebles, papeles importantes, fotografías y enseres «con la impotencia de ver que el agua iba subiendo». Fuera de la casa se encontraba otro de los hijos, Diego, que trataba de hacer todo lo posible para que no entrara agua. Jaime asegura que «no podíamos abrir la puerta, ni siquiera para que entrara mi hermano a ayudar, porque si dentro de la casa el agua llegaba a 50 centímetros de altura, en la calle alcanzaba el metro, por lo que si abríamos la cosa sería mucho peor».

Esta situación pudo llegar a ser peor si, como apunta un vecino del bloque de viviendas de enfrente, Guzmán Gaona, «nuestro garaje y el de otro bloque cercano, no hacen de embalses, porque todo el agua que nos anegó los mismos hubiera hecho subir el nivel de la calle y quien sabe si estos vecinos hubieran tenido problemas para poder salir de sus casas».

El problema del garaje de estos pisos, conocidos como Las 36 Viviendas, es que se encuentra en una zona de nacimiento de agua y habitualmente necesita que unas bombas extraigan agua de la zona. Dichas bombas se han estropeado con el temporal y aún ahora «seguimos con agua en los sótanos y no damos a basto a sacarla», asegura Inocencio Merino, otro vecino. Por fortuna, no hubo que lamentar muchos daños porque los vecinos sacaron sus coches a tiempo, aunque si que se vieron afectadas un par de motos que no fueron evacuadas a tiempo del garaje y se quedaron dentro del agua.