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El club va a recurrir la expulsión a Iturralde
«No agredí al jugador, sólo lo aparté», asegura
Actualizado: GuardarDespués de tres empates consecutivos, llegó lo más deseado por todos los portuenses en la octava jornada: un triunfo que saca al equipo de de los puestos de descenso. Aunque no hay que lanzar las campanas al vuelo porque la igualdad en la categoría es la nota predominante entre los equipos que están situados del décimo puesto hacia abajo. El Portuense se sitúa ahora a tres puntos de esa zona de la tabla y a dos del descenso.
Pero los de El Puerto tienen ahora por delante tres encuentros que van a decir mucho del conjunto de Alberto Ferri. Roquetas en casa, salida a Granada 74 y segunda salida consecutiva, esta vez a Écija. Al menos los tres que se disputan en el Cuvillo y arañar dos puntos en las salidas deben conseguirse porque posteriormente se vuelve a entrar en una dinámica de partidos difíciles como la visita del Conquense y la salida a Bahía Sur para jugar el derbi provincial con el San Fernando. Ferri espera llegar a mediados de noviembre con un buen colchón de puntos sobre los puestos de descenso.
Descanso
La plantilla ha gozado de los dos días festivos de descanso, y hoy vuelta al trabajo para preparar el encuentro del domingo a las cinco de la tarde frente al Roquetas. Ferri podrá ya contar con Abel para la banda derecha una vez cumplido su partido de sanción y queda en el aire la alineación de Iturralde, expulsado con roja directa en Guadalajara.
El entrenador Portuense quiere que el pivote rojiblanco juegue ese encuentro y el club por medio de su secretario Carlos Camacho quiere elevar hoy mismo una reclamación al Comité de Competición para que se anule la tarjeta, porque entienden que la agresión no existió. Antes, se quiere supervisar la jugada a través de las imágenes.
El propio Iturralde explicó la jugada: «En el plano personal estoy bastante jodido porque sinceramente no agredí al jugador. Sólo lo aparté como en cualquier falta, porque ellos intentaban rematarnos y nosotros defendernos. Sólo fueron los típicos empujones, pero nada raro».