ANÁLISIS

Fueron muchas tormentas en una

No fue una fuerte tormenta. Fue algo mucho mayor. Los que somos aficionados a la meteorología estábamos alertados de lo que podía pasar el viernes por la noche. Las predicciones de la agencia europea que realiza el seguimiento de las tormentas (Estofex) acertaron de pleno. No es fácil que ocurra una sucesión de tormentas de tal calibre, aunque tiene su explicación, que ahora trato de detallar.

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Después de recabar información con expertos del Instituto Nacional de Meteorología, podemos asegurar que lo que sucedió en Cadiz capital y zonas aledañas fue un Sistema Convectivo de Mesoescala (SCM) tipo squall line; es decir, lo que se conoce como una línea de turbonada muy activa (la imagen del radar de Málaga de las 22.50 es todo un clásico SCM). Este fenómeno se puede definir como una línea de tormentas organizadas (tormenta multicelular organizada en forma de línea), que a su vez puede formar trombas marinas (waterspouts) y pequeños tornados, tipo landspout (basicamente una tromba marina que toca tierra) o incluso algún gustnado (especies de desplomes de aire procedente de las nubes tormentosas).

Un SCM es un sistema de grandes dimensiones (su diametro mínimo no desciende de 200 kilómetros en fase de madurez) y con unos efectos devastadores. Puede haber varios SCM seguidos, siendo el del centro el de mayor tamaño. Además, suele durar bastante tiempo y su fase de mayor madurez y tamaño se da en las últimas horas de la noche y primeras de la madrugada. Su imagen en el satélite suele tener forma de V o U (se puede observar la forma de U en la imagen número 1).

En el caso concreto de Cádiz, tiene una línea de turbonada muy activa, lo que significa una sucesión de tormentas -todas seguidas embebidas en una especie de línea-, que se suelen regenerar para seguir formando tormentas dentro de ellas. Desaparecen y reaparecen.

En la imagen número 2 se puede observar un detalle de la línea de turbonada en el radar de Rota (nemoc navy); las diferente tonalidades indican el nivel de precipitaciones.

Lo que pasó el sábado por la noche es que la línea de turbonada quedó casi estática encima de nuestra provincia, dejando caer todo su potencial. Y cuando parecía que se deshacía, volvía a reactivarse. Esto ocurrió probablemente por la cantidad de energía presente en la atmósfera. Viéndolo desde satélite y el radar, podrían esperarse -como así fue- fenómenos severos, tales como granizo, trombas marinas y pequeños tornados, tipo landspout o gustnados, parecidos a tornados. Esto explicaría los vientos de 150 kilómetros por hora y los árboles arrancados de cuajo y lo que todos pudimos ver: estruendos, vientos sostenidos, silbidos de las conducciones, viento muy fuerte e incluso fuertes remolinos en el agua que caía.

Estofex, que es la agencia europea de seguimiento de tormentas, nos puso sobreaviso al catalogar las predicciones para la provincia de Cádiz en el nivel 2 de aviso. Es decir, casi el nivel más fuerte, por lo que anunciaba la posibilidad de fenomenos severos de este tipo en todo el entorno de la Bahía (foto 3). Mientras tanto, la Asociación Española de Meteorología (AEMET) sólo mantenía la alerta naranja para esta situación.