el tropiezo de woody
CALLE PORVERA Aunque me da cierta pena dedicar mi columnita a criticar cualquier producto cultural, máxime si se trata de algún creador que me apasione, no puedo menos que mostrar mi profunda decepción por ese documental barcelonés que el gran Woody Allen nos ha vendido como una de sus últimas inspiraciones cinematográficas. Aunque no soy de sus incondicionales, pues su irregularidad me produce desconcierto, sí reconozco que sus últimas películas me dejaron un estupendo sabor de boca, especialmente Match Point y Scoop, por no hablar de su genial Misterioso asesinato en Manhattan, que incluso cuanto más la veo parece que mejora con el tiempo, como los buenos vinos.
Actualizado: GuardarPartiendo de esta premisa acudí a gastarme unos euros al cine para quedar pasmada, en primer lugar, por el exceso propagandístico de una ciudad que aunque me encanta está hasta en la sopa, y que puestos a decir no necesita ninguna promoción (habrá que ver cuánto ha embolsado la Generalitat para ello). Una vez superada esta primera impresión, resulta que la historia me deja a cuadros porque es lineal, aburrida y estereotipada, con un argumento propio de cualquier comedia romántica en la que tres, e incluso cuatro, no son multitud. En cuanto a sus protagonistas, Penélope sigue resultándome mediocre sobre todo al lado de una Scarlet natural, que sin embargo siempre representa el mismo prototipo de mujer de la mano del señor Allen.
A Bardem, por su parte, apenas se le saca partido pese a sus posibilidades, aunque el personaje tampoco es que pueda dar mucho más de sí. En definitiva, y aunque para gustos están los colores, la aquí firmante recomienda que escuchen la banda sonora, lo único que merece la pena de la película.