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El controvertido y carismático populista de derechas Jörg Haider ha sido uno de los políticos austríacos más exitosos y un modelo para toda la ultraderecha europea. /REUTERS
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Modelo de la nueva ultraderecha austriaca

Su estilo, marcado por la demagogia populista y tintes xenófobos, marcó una nueva etapa en la extrema derecha europea

AGENCIAS |
VIENAActualizado:

El controvertido y carismático populista de derechas Jörg Haider, fallecido hoy en accidente de tráfico, ha sido uno de los políticos austríacos más exitosos y un modelo para toda la ultraderecha europea. El trampolín que dio a conocer en Europa a este político, muerto con 58 años, fueron su demagogia populista de tintes xenófobos y su ambigüedad respecto al nacionalsocialismo, pese a que en los últimos años moderó sus discursos para atraer a los votantes democristianos.

Su entrada en el Gobierno austríaco en 2000 encabezado por el conservador Wolfgang Schüssel desencadenó una medida única de 14 miembros de la Unión Europea (UE) contra uno de sus socios: congeló durante ocho meses los contactos bilaterales con la república alpina.

La muerte de Haider se produce cuando había vuelto a la primera plana de la política nacional, capitaneando la Alianza para el Futuro de Austria (BZÖ), la formación más exitosa de los pasados comicios, cuando triplicó el número de escaños en el Parlamento y logró más del 10% de los votos.

Logró el mejor resultado de la historia del FPÖ

Desde 1999 había sido gobernador del sureño estado federado de Carintia, donde contaba con cotas de popularidad próximas al 45%. Sin embargo, su imparable ascenso en la política austríaca se debe a otras siglas, al Partido Liberal (FPÖ), del que asumió la jefatura en 1986 y al que llevó en 1999, con casi un 27% de los votos, al mejor resultado de su historia ante el estupor de toda Europa.

Casado y padre de dos hijas, Haider nació en el seno de una familia modesta en la localidad de Bad Goisern, en el Estado de Alta Austria. Su padre, zapatero, militó en las tropas de asalto nazis (SA), una organización paramilitar, y su madre fue una de las líderes locales del partido nacionalsocialista.

Entre 1969 y 1973, Haider cursó estudios de derecho y se doctoró por la Universidad de Viena, donde inició también su militancia en el FPÖ, entonces una formación liberal que carecía de relevancia.

Con su elección en 1986 como presidente del partido, Haider cambió la línea política e inició una carrera ascendente, favorecida por la labor en la oposición contra los repetidos gobiernos de la gran coalición entre democristianos y socialdemócratas que han dominado la política austríaca en los últimos decenios.

Aglutinante de los desencantados

Su objetivo siempre fue acabar con los partidos mayoritarios y para ello desplegó una brillante retórica y una demagogia que le hizo famoso, atrayendo a la gran mayoría de los votos de protesta y de los descontentos.

Con el FPÖ conquistó gran parte del voto obrero, tradicionalmente fiel a los socialdemócratas, con un campaña xenófoba que atizó y aprovechó los temores a una inmigración masiva procedente de los países del Este de Europa, así como a la defensa de las "raíces austríacas" frente al peligro de la "islamización" de la sociedad. Pero además logró un nuevo modelo de político ultraderechista que ha influido en el resto del continente: fotogénico, dinámico y ambiguo, capaz de envolver las aristas más duras de sus ideas en unas maneras suaves.

Con esta calculada ambivalencia y con las intención de defender al "hombre de la calle" de los excesos del capitalismo- él mismo era un millonario terrateniente en Carintia-, ha conseguido renovar las bases de la ultraderecha, que ya no está nutrida de viejos nostálgicos del nazismo, sino de mucha gente joven.