Ferrari vive una temporada sumida en continuas calamidades
Ha fallado en once de las quince carreras por razones mecánicas, errores de pilotaje o pifias en el garaje
Actualizado: GuardarStéfano Domenicalli, tipo de aspecto juicioso, tan alejado del tradicional carácter volcánico de los italianos, ha adoptado una decisión sensata para la recta final del Mundial de Fórmula 1. Ferrari sustituye el vanguardismo y la presunta sofisticación por la artesanía. Regresa el hombre con la piruleta a las paradas de los coches y se aparca en el garaje rojo el semáforo con sensores infalibles para detectar cuando los mecánicos han terminado su trabajo.
Esa imagen del Ferrari de Massa cabalgando con una manguera en Singapur y la posterior procesión de mecánicos en paso de Semana Santa con el dichoso apéndice han tocado la fibra en el equipo legendario. Italia no se puede permitir semejantes afrentas.
Pero el paso atrás sólo es una más en la cadena de estropicios que esta temporada ha vivido la Scuderia. Al menos en once de los quince grandes premios de 2009, Ferrari tuvo algún tipo de contratiempo mecánico, en el cambio de ruedas o en las manos de sus pilotos. Han fallado todos para desdicha de Montezemolo. Y la lista comenzó en Australia.
En las antípodas Massa cosechó el primer cero del año con una salida de pista, que repitió siete días más tarde en Malasia. Raikkonen dio varios trompos en Melbourne aunque salvó la retirada con un octavo puesto. En Mónaco, Massa se fue derecho por la curva de Santa Devota, mientras Raikkonen embestía a Sutil, que ya saboreaba el cuarto puesto que daba sentido a la vida de Force India.
Otro episodio negro en el inventario Ferrari de 2009 aconteció en Silverstone. Massa dio un curso de patinaje sobre el diluvio, poniendo otra vez de manifiesto las dificultades que tiene para conducir con agua. En Valencia, Raikkonen atropelló a uno de los mecánicos en el cambio de ruedas. Y finalmente en Singapur, Massa se llevó la manguera de la gasolina de paseo por el pit.
De cara a lo que resta de Mundial, la escudería ha planteado un acuerdo de obligado cumplimiento. Raikkonen tiene que ayudar a Massa a ganar a Hamilton. Y en ello anda el brasileño, un piloto al que se mira con ciertas reservas en el paddok de la F-1.
A siete puntos
Massa debe arriesgar. «Estamos a siete puntos, seguimos teniendo opciones. Estamos un poco peor de como deberíamos estar, pero aún tenemos muchas opciones y eso es lo más importante». El brasileño tiene claro que la fatalidad les ha perseguido. «Somos fuertes, podemos ganar y a veces estas cosas pasan, aunque desgraciadamente hayan pasado demasiadas veces esta temporada y hemos perdido puntos importantes».
Los Ferrari tampoco dominaron ayer los entrenamientos libres en Fuji (Japón). Lo hicieron Hamilton y Glock, con Fernando Alonso y su R28 en buen tono. El español vuelve a confiar después de su victoria en Singapur. «Al principio de temporada era un coche muy nervioso, muy difícil de conducir, se veía sin ir mas lejos en la cámara de televisión del coche, con problemas de tracción, de estabilidad en la frenada y ahora le faltan esas cuatro o seis décimas, dependiendo de los circuitos, para luchar por podios y por estar arriba, pero no más que eso».
Y volvió a hablar de su futuro: «Esté donde esté en el invierno, lo que tengo claro es que va a ser uno de los inviernos mas importantes, porque el cambio de reglamento va a hacer que todos partamos de cero y vamos a tener que trabajar más que en otros años».