ASISTENTES. Las autoridades civiles y militares abarrotaron el salón de actos de la Comandancia ,que se quedó pequeño. / VÍCTOR LÓPEZ
Ciudadanos

El jefe de la Guardia Civil en Cádiz cuestiona la idoneidad de algunos permisos carcelarios

La resolución del crimen de Loli Amaya y la detención del clan de los Flores son las dos actuaciones destacadas en la celebración de la patrona de la Benemérita

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No fue tan explícito como el comisario provincial, José María Deira, cuando en la festividad del Cuerpo Nacional aseguró abiertamente que la reinserción no cabe para ciertos criminales, pero vino a decir lo mismo en cuanto al éxito que tiene el proceso de reincorporación en la sociedad en determinados delincuentes. El jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz, Alfonso Escuer Mur, aseguró ayer en el discurso con motivo del día de la patrona de la Benemérita: «Los guardias civiles y policías nos consideramos con derecho a plantear la conveniencia de que determinados delincuentes accedan con facilidad a permisos carcelarios». De esta manera contenida y medida se refería a una de las dos actuaciones policiales que destacó en su intervención: la detención de la peligrosa banda de los Flores, supuesta autora del asesinato de Tamara Leyton y que protagonizó una sucesión de asaltos violentos cuando tres de los cuatro integrantes aún no habían saldado sus cuentas con la justicia.

El coronel jefe de la Comandancia puso el epílogo junto al subdelegado del Gobierno, Sebastián Saucedo, a los actos por el Día del Pilar que aunque se celebra mañana, en la capital gaditana se adelantó al día de ayer para los agentes destinados en el cuartel de la carretera industrial. Escuer Mur habló, sobre todo, para sus subordinados a quienes les dedicó sus primeras palabras en forma de recuerdo, señalando a los «agentes que están de servicio» y que no podían sumarse a la fiesta en sus respectivos cuarteles.

También mencionó, con nombre y apellidos, a los dos guardias que resultaron heridos por los Flores en Setenil y en la autovía Jerez-Los Barrios durante el violento tiroteo que puso fin a las andanzas de estos delincuentes.

Un trabajo eficaz

Además de la detención de esta peligrosa banda, el jefe de la Comandancia de Cádiz destacó como otro de los servicios brillantes de los últimos meses la resolución del crimen de Loli Amaya; la joven conileña que fue asesinada cuando estaba a punto de cerrar la tienda de colchones donde trabajaba. A los ocho días de producirse el asesinato, la Guardia Civil detuvo al presunto autor: «y en ese tiempo devolvimos la confianza a una población», donde se había asentado el miedo ante un hecho tan trágico que estaba pendiente de resolverse.

Al ser un discurso más dirigido a los miembros del Cuerpo Benemérito que a la opinión pública, el coronel jefe apenas mencionó datos sobre evolución de delincuencia, salvo en el breve capítulo que le dedicó al narcotráfico y a las aprehensiones realizadas en 2007.

Los actos estuvieron pasados por agua y obligaron a trasladarlos del patio de la Comandancia a un salón del interior que literalmente se quedó pequeño para acoger a más de un centenar de personas, entre autoridades y familiares. Siete agentes fueron condecorados con distinciones tales como la cruz al orden del mérito militar y a la constancia en el servicio. Y este año, el reconocimiento a personas ajenas al Instituto Armado pero vinculado a él por su trabajo recayó en la jueza del nº 3 de Chiclana, el director de la prisión de Puerto I y los jefes de seguridad y mantenimiento del Clínico de Puerto Real y del Grupo Joly, respectivamente.

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