Neva llega a la secretaría técnica del Puerto Real «para seguir creciendo»
El fútbol tiene estas cosas. Hay veces en las que los entrenadores tienen que salir por la puerta de atrás de los equipos y otras en las que nadie quiere que se vayan. Algo parecido es lo que le ha pasado a José Antonio Neva.
Actualizado:Una llamada del Puerto Real para ocupar la vacante dejada por Salvador Alegre Boro en la secretaría técnica provocó que el chipionero abandonase su puesto en el banquillo del Pozoblanco para volver a su tierra.
«Es una oportunidad muy buena para mí que no podía rechazar», señala. En lo que queda de temporada, Neva trabajará en la sombra viendo partidos y jugadores para hacer informes de cara a colaborar con la labor de Boro. Transcurrido el presente curso que acaba de empezar, el chipionero se cambiará los papeles con el puertorrealeño y pasará a ser el encargado de dirigir el banquillo.
«Tal y como están las cosas, no es fácil que ofrezcan un proyecto pensado para dos años. Para mí es muy interesante y decidí aceptar. Ahora trabajaré en la sombra ayudando a Boro en todo lo que necesite, y ya el año que viene me sentaré en el banquillo. Es una faceta nueva a la que nunca me había dedicado, pero que me va a venir bien para seguir creciendo como entrenador. Aún soy joven y quiero mejorar para poder llegar más arriba», destaca.
Neva es consciente de las dificultades que se van a suceder tras el dubitativo arranque protagonizado por el equipo, pero confía en la capacidad de la plantilla para sacar el proyecto adelante. «Aquí la principal responsabilidad la tienen los futbolistas porque son los que salen al campo. Luego va el entrenador y después yo. Boro propone y los jugadores disponen. De todas maneras, esto no ha hecho más que empezar y tenemos la confianza de que el equipo va a empezar a funcionar».
En este relance, su papel también tendrá relevancia. «No vengo para estar en el banquillo, eso tiene que quedar claro. De hecho, probablemente no viaje con el equipo y tampoco esté en la mayoría de los partidos de casa, ya que interesará más que yo esté viendo otros partidos para ir tomando nota de nuestros rivales. Vengo para poner todos mis conocimientos de entrenador y futbolista a disposición del club», revela el preparador chipionero.
Emotivo adiós
Neva se va de Pozoblanco dejando tras de sí una gran cantidad de amigos, algo que le llena de satisfacción. «He tenido una reunión con el presidente y hemos quedado para tomar una cerveza. En este año y medio hemos entablado una buena amistad. Cuando me despedí de los futbolistas, uno de mi edad, Tato, se levantó para darme un abrazo y no pude evitar que se me saltaran las lágrimas».