«Nuestro futuro depende de las medidas que se tomen»
El sector del automóvil es como el dolor de garganta antes de un resfriado. Es el primer síntoma de la enfermedad que vendrá. Antonio Romero-Haupold, presidente de las federaciones nacional y provincial de concesionarios, está sufriendo en sus escaparates uno de los golpes más contundentes del frenazo económico. Fueron de los cayeron incluso cuando todo parecía ideal (en enero sus cifras eran alarmantes) y podrían ser la locomora que comience a tirar: «Nuestras previsiones apuntan a que a partir del verano que viene la actividad se irá recuperando», declara.
Actualizado:Eso supondría que el resto de la economía se iría enganchando a la caravana lentamente, hasta caminar en su conjunto. Centrándose en su sector, Romero-Haupold considera que se están dando ahora dos factores claves que abundan en la esperanza: el recorte de los tipos de interés (que debería traducirse en el Euríbor) y el del petróleo.