Contador de historias
Les recomiendo la última novela de Fernando Trías de Bes. Acaba de publicarla Alfaguara y se titula 'La historia que me escribe'. Pertenece en parte al género fantástico y su argumento y las tramas que lo desarrollan les atraparán en un juego inteligente e inquietante de tipo borgiano, en el buen sentido, no en el de refrito que tanto se da en copiadores de Borges -y lo curioso es que el autor no ha leído a Borges hasta hace muy poco-. Sólo les contaré algo de lo que va la novela, una pizca de pimienta para despertar su apetito lector.
Actualizado:El protagonista, Walter Néspolo, un escritor de novelas de detectives, recibe el encargo de escribir un libro imposible, una novela que devore a su creador.
Pero que no haya malentendidos, no se trata de pajas mentales. 'La historia que me escribe' no es para nada metaliteratura, sino una novela pura, apasionante y distinta. Trías de Bes pertenece a la para mí excelente escuela de los urdidores de historias que son fruto de una imaginación desbordante. Mas no se queda en eso. Lo que convierte a Fernando en uno de los escritores muy a tener en cuenta en el panorama actual es la manera que tiene de contar sus sorprendentes historias, su genuino punto de vista, su mirada propia, que es lo que marca siempre la diferencia entre los redactores de novelas, que tanto abundan, y los escritores de verdad.
'La historia que me escribe' se hermana en distintas facetas con tres excelentes novelas: 'La caverna de las ideas', de José Carlos Somoza, en cuanto al libro como presencia viva que se comunica con su autor y lo aterroriza; 'La piel fría', de Albert Sánchez Piñol, en sus aportaciones sugerentes y novedosas al género fantástico; y 'Autómata', de Adolfo García Ortega, en sus aromas a Conrad y Melville.
Fernando Trías de Bes es un gran contador de historias. En sus novelas no se encontrarán con retóricas ni digresiones, va a contar lo que va a contar sin tregua y sin pausa, como los boxeadores de la escuela inglesa, siempre un paso adelante, sin desmayos ni titubeos, hasta el colofón. Pero no de cualquier modo, sino con brillantez. Todo escritor sabemos que la historia que escoges contar sólo tiene un modo de ser contada bien; se trata de saber descubrir cuál es ese modo y aplicarlo con honesta habilidad.
Estoy seguro de que Fernando suscribiría lo que dijo en cierta ocasión nuestro colega Juan Madrid: «Al fin y al cabo no soy nada más que un contador de historias, pero tampoco nada menos».