Adaptarse a la crisis
Actualizado: Guardara caída del índice de confianza del consumidor español, en el que se expresa una síntesis de su percepción ante el mercado laboral, sus expectativas de gasto y la situación financiera personal, ha tenido un efecto inmediato en los hábitos de compra, tal y como se refleja en la contracción del dinero destinado a ese apartado y en la elección de productos y comercios más asequibles. Echar números y comprar menos parece haberse convertido en la divisa del cliente medio, que ahora busca las mejores promociones y mete en el carrito del supermercado un 33% más de marcas blancas que hace un año. El súper constituye uno de los termómetros más fiables para evaluar el alcance de la crisis en la vida doméstica. Pero el comercio no puede asistir resignadamente a la deserción de sus clientes, por lo que su volumen de negocio depende ahora de la capacidad para adaptar sus ofertas y sugerencias al mercado.