Capel se retira de la concentración de la selección y Del Bosque llama a Riera

Cien días después de coronarse campeona de Europa en Viena, España inició ayer con mala pata y la baja de Capel, que será sustituido por Riera, la concentración previa a los próximos partidos en Estonia y Bélgica, de clasificación para el Mundial de Sudáfrica 2010. Media docena de jugadores doloridos en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas demuestran que tantos partidos en poco más de un mes pasan factura. Es la ley del fútbol, del recargado calendario, de los golpes, de los viajes y de los clásicos problemas musculares derivados de los movimientos explosivos, de la mala preparación o de la falta de recuperación.

Por suerte para Del Bosque, todos parecen recuperables para el choque de Tallín salvo Capel. El sevillista, un extremo discutido por la crítica pero indiscutible para el seleccionador, se resintió en el primer entrenamiento de una lesión en abductor mediano que sufrió hace diez días. «Siento bastante dolor», se quejó el almeriense cuando salía por la zona mixta, camino del hospital, de la resonancia magnética nuclear. Tras las pruebas, decía estar «sólo regular». Su mala cara anticipaba el viaje de vuelta.

Se presentó en el entrenamiento vespertino, lo observó desde el banquillo con un chubasquero y después el doctor Óscar Celada informó de una rotura fibrilar que aconsejaba su regreso a la capital hispalense. Del Bosque decidió citar a Riera, el extremo zurdo del Liverpool que contó para Luis Aragonés en la clasificación para la pasada Eurocopa pero se quedó fuera al terminar fatal la temporada, como todo el Espanyol.

El susto de Cazorla

El primer susto serio de la jornada lo había protagonizado el asturiano Santi Cazorla. Durante el primer ensayo dispuesto por Del Bosque, chocó contra Reina y se dañó su pierna izquierda. Se retiró cojeando y salió del vestuario con un fuerte vendaje. No precisó pruebas médicas complementarias y pudo ejercitarse por la tarde.

Los contratiempos no terminaban ahí. Puyol e Iniesta no pisaron el césped por la mañana por precaución, y Albiol lo hizo al margen del grupo y a menor ritmo.

Según el extenso parte médico, Puyol padece una infección entre los dedos anular y meñique de su pie izquierdo que le molestaba y desaconsejaba comenzar el trabajo a tope de intensidad. Con el choque ante los estonios todavía a cuatro días vista, mejor prevenir que curar, pensaron los doctores de la selección. Sin ser grave, lo de Iniesta es algo más inquietante, ya que se trata de unas molestias de rodilla (capsulitis posterior). Pese a las secuelas de una gastroenteritis, sí pudo completar todo el trabajo del día Marchena, que regresaba al combinado nacional tras perderse por lesión los choques ante Bosnia Herzegovina y Armenia.