Necesario acercamiento
La vertiginosa evolución de la crisis financiera ha situado a las economías y los mercados internacionales en un estado de permanente zozobra, agudizada por la situación crítica de Hypo Real Estate, el segundo banco hipotecario de Alemania, al frustrarse la operación privada con que se contaba para su rescate. La forzada intervención del Gobierno germano y su compromiso de que garantizará los depósitos de sus ciudadanos, pocas horas después de que la canciller Merkel incidiera en sus críticas contra la decisión en el mismo sentido adoptada por las autoridades irlandesas, reflejan la penetración de las dificultades en el sistema europeo y la cada vez más ineludible exigencia para que los estados de la UE arbitren medidas coordinadas a fin de hacer frente a una crisis de características excepcionales. Una necesidad que se ha intensificado ante la evidencia de que los riesgos afectan ya al país tractor de la economía europea. Y de que cada intento de los dirigentes comunitarios por insuflar confianza se ve desmentido por el recurso a la actuación pública de urgencia para salvar del colapso a las compañías en apuros y, con ello, al conjunto del sistema.
Actualizado:El agravamiento de los problemas y su extensión al corazón de Europa constituyen en estos momentos una apelación inexcusable para el Gobierno y el PP para que acerquen posiciones sobre la gestión de la crisis. La confirmación de que el vicepresidente Solbes se reunirá este jueves con Cristóbal Montero, como paso previo al encuentro previsto entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, no puede quedar enturbiado por la sucesión de declaraciones que, lejos de favorecer un apaciguamiento en materia tan sensible, parece estar preparando el terreno para imputar al adversario toda la responsabilidad de un eventual fracaso negociador. El enconamiento con que socialistas y populares mantienen sus posiciones en torno a los Presupuestos no debe cerrar la puerta a la posible concertación de algunos de sus aspectos, como tampoco anula ni la necesidad de encauzar el debate hacia terrenos menos excluyentes, ni la identificación de aquellos asuntos en los que sea factible llegar a un consenso. Tal puede ser el caso de las medidas para contener la inflación, del perfeccionamiento de las garantías que han asegurado la solvencia del sistema bancario español o de la readecuación del mercado laboral, aunque lo prioritario sea encontrar el tono compartido que ayude a restablecer la confianza.