Un fotógrafo jerezano reúne a los recién casados del año 2008

Las mañanas dominicales son perfectas para la celebración de bodas y más si se cuenta con la Catedral de Jerez como escenario para realizar una puesta en escena contando con sesenta y dos novias y quince novios, que llevó a cabo ayer el fotógrafo Javier Sojo y su equipo, recorriendo además la plaza del Arenal y el Gallo Azul.

Se trata de una iniciativa curiosa y muy llamativa, que por ejemplo atrajo la atención del programa de TVE España Directo, que emitió un reportaje en la tarde de ayer, aunque lo realmente significativo es la idea que desarrollaron estos fotógrafos jerezanos, que se plantearon reunir a todos los matrimonios que han retratado a lo largo del año 2008, un total de 75. Finalmente hubo un ligero descenso en la cantidad, especialmente en los chicos ya que las mujeres acudieron entusiasmadas a la cita casi en su totalidad. Sin embargo, no fue el primer encuentro para este grupo de recién casados, entre los que había incluso parejas llegadas desde Ceuta y Sevilla, porque los organizadores ya habían hecho una primera toma de contacto el día de San Valentín, invitándolos a cenar en un restaurante de la ciudad. Por ello los novios y novias ya se conocían y estaban deseando volver a reunirse para hablar del viaje de novios y otras cuestiones que les vinculan.

Además, Javier Sojo hizo su primer encuentro el año pasado con un grupo más reducido, que ha servido de estímulo para los recién casados y también para los que pretenden pasar por vicaría en 2009, que no quisieron perderse un evento que atrajo a los muchos ciudadanos que paseaban por estos puntos emblemáticos de la ciudad.

Los invitados fueron llegando poco a poco y la puesta en escena comenzó a las 11.30 horas en los aledaños de la Catedral. Los fotógrafos captaron imágenes del grupo, junto a un par de coches clásicos, algunas de ellas tomadas desde una grúa contratada para la ocasión. Posteriormente escenificaron la salida de la iglesia de una pareja de novios y el resto los recibió echándole pétalos de flores. Algunas de las recién casadas no quisieron olvidar ni un sólo detalle y llegaron ataviadas con sombrillas y ramos de flores, destacando varios hechos con migas de pan, que guardaron celosamente después del enlace.

Desde allí se trasladaron hasta la plaza del Arenal y los novios caminaron juntos por la calle Larga, creando una gran expectación para la gente que se cruzaban, mientras que el punto y final de esta curiosa iniciativa se produjo en el Gallo Azul, donde antes disfrutaron de un refrigerio y luego fueron fotografiados desde la azotea.

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