Imágenes captadas por la televisión local en el lugar del atentado. /AFP
al menos veinte muertos

Un nuevo atentado suicida en Pakistán pone de relieve la falta de seguridad en el país

El terrorista hace estallar la carga mientras se celebraba un encuentro abierto a la ciudadanía en la casa de un diputado del partido del ex primer ministro Sharif

ISLAMABAD Actualizado: Guardar
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Un suicida ha cabado con la vida de 20 personas y otras 35 han resultado heridas en un ataque contra la residencia del diputado Ashid Akbar Nawani, que pertenece a la opositora Liga Musulmana-N (PML-N) del ex primer ministro Nawaz Sharif.

El terrorista ha hecho estallar la carga explosiva que portaba mientras se celebraba un encuentro abierto a la ciudadanía en la casa del diputado, en la localidad de Bhakkar, en la provincia oriental de Punjab, según una fuente del Ministerio del Interior.

"Rashid ha resultado herido, pero se encuentra a salvo. En su residencia se celebraba un encuentro, al que habían acudido unos 200 ciudadanos para debatir sobre los problemas del país", ha explicado el portavoz de la Liga-N, Sidiq Faruq. Según Faruq, el ataque contra Nawani, elegido en varias ocasiones diputado de la Asamblea Nacional, fue orquestado con "intervención extranjera", aunque no ha dado más detalles.

El Ministerio del Interior ya ha abierto una investigación sobre las circunstancias del atentado, al tiempo que ha ordenado a los gobiernos provinciales que aumenten las medidas de seguridad a los políticos. La cabeza del suicida ha sido encontrada en el lugar del atentado, así como una chaqueta preparada para llevar explosivos y un billete de afganis, la divisa de Afganistán, según el canal Geo TV.

Condena del Gobierno

Tanto el presidente de Pakistán, Asif Alí Zardari, como el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, han condenado el atentado, el mayor desde el perpetrado contra el hotel Marriott de Islamabad el pasado 20 de septiembre.

El atentado contra el hotel Marriott, que causó la muerte de 54 personas, puso de relieve la falta de seguridad del país, donde diversos políticos han sido atacados en las últimas semanas. El pasado día 2, un suicida acabó con la vida de al menos tres personas al hacer estallar su carga explosiva frente a la residencia del líder del Partido Nacionalista Awami (ANP), Asfandyar Wali, cuya formación está integrada en el Ejecutivo paquistaní.

Wali, que dirige esta formación laica y pastún con su principal granero de votos en la conflictiva Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP), resultó ileso, pero este lunes decidió trasladarse junto a su familia a la residencia presidencial capitalina, dotada de un mayor dispositivo de seguridad. Además, la residencia de su colega de partido y jefe de Gobierno de la NWFP, Amir Haider Hoti, también fue atacada anoche con misiles, aunque el dirigente no se hallaba en casa en ese momento.

Terrorismo con el sello de los talibanes

La mayoría de los ataques recientes han sido reivindicados por el proscrito movimiento Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), que aglutina a los grupos talibanes del país y está liderado por Baitulá Mehsud, a quien fuentes de inteligencia paquistaníes dieron por muerto la semana pasada, hecho que su organización negó.

El TTP ha exigido al Gobierno que ponga fin a las operaciones militares que en la actualidad se desarrollan contra los insurgentes en varias partes de la NWFP y en la región tribal de Bajaur, en la frontera con Afganistán, en las que desde finales de julio el Ejército asegura haber matado a más de 1.500 integristas.

Los ataques, que afectan cada vez más a intereses occidentales y a líderes políticos, se suman a secuestros como el sufrido hace dos semanas por el recién designado embajador de Afganistán en Islamabad, Abdul Farahi. Ante el creciente temor a atentados, la ONU decidió la semana pasada aumentar el nivel de riesgo y evacuar a las familias de su personal en Pakistán , una decisión que también han tomado algunas embajadas.