Una tetralogía
Esta novela cerrará una tetralogía que García Márquez comenzó en los ochenta con El amor en los tiempos del cólera. El tercer título de ese ciclo dedicado al amor, Memoria de mis putas tristes, debería haber formado parte de este nuevo volumen, pero el relato creció más de lo previsto y adquirió personalidad propia. Memoria... fue calificada en el momento de su publicación de nouvelle, término francés para designar un relato que excede la extensión tradicional del cuento pero no llega a tener la de una novela.
Actualizado: GuardarComo es habitual en él, el autor de Cien años de soledad ha trabajado de manera intermitente en este libro. Al mismo tiempo, escribía también Vivir para contarla, el primer tomo de sus memorias, y según sus allegados recopilaba materiales para algunos libros más que aparecerán en fechas aún no determinadas. De uno de ellos, que trata sobre Cuba, su biógrafo Dasso Saldívar ha dicho que no aparecerá hasta que el autor o Fidel Castro hayan muerto. Al parecer, al líder cubano no le gustó demasiado el manuscrito, terminado hace ya bastantes años.