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ACTUACIÓN. Rosa Carnote (izq.) y Gema Sánchez ayer en el escenario de San Felipe Neri. / N. REINA
GANADORAS DEL CONCURSO DE COSPLAY EN EL III SALÓN MANGA DE CÁDIZ

Gema Sánchez y Rosa Carnote: «Somos unas apasionadas del cine, la lectura y el arte en general»

ROCÍO VÁZQUEZ
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Como casi todos los jóvenes de su generación, Gema Sánchez y Rosa Carnote, pasaron su infancia pegadas al televisor para seguir las historias de los personajes de Sailor Moon y Dragon Ball. Los guerreros japoneses, que sustituyeron a Heidi o Marco como ídolos de los niños, se convirtieron para estas chicas en el punto de partida de una afición que este fin de semana está de enhorabuena en Cádiz. Anoche, ganaron el primer puesto en el concurso de cosplay del III Salón de Manga en Cádiz y mañana volverán a sus estudios de Bellas Artes e Historia en la Universidad de Sevilla. Y es que debajo de los estrafalarios disfraces, se esconden dos gaditanas «normales» que visten ropa de Zara o Blanco, realizan actividades ordinarias y se relacionan en muy diversos ambientes. No obstante, «todo aquel que persigue y disfruta de algo con pasión es un friki», aducen.

--¿Cuándo surgió la pasión por el manga?

--(Ambas) Más o menos hace seis años. Nos gustaba Sailor Moon y Dragon Ball y empezamos a buscar nuevas cosas por internet. El hecho de trasladarnos a Sevilla para estudiar propició que conociéramos a más gente que compartía esta afición. El cosplay lo llevamos practicando desde hace cuatro años y eso que somos muy tímidas a la hora de salir al escenario.

-¿Y va más allá de los cómics y las series de televisión japonesas?

-(Rosa) Sí. Hace dos años empecé a estudiar japonés con una nativa y el curso pasado me matriculé en clases de japonés en el Instituto de Idiomas. También me gustan mucho las series históricas que hacen en Japón, son como culebrones nipones pero en serio. Con suerte, estas Navidades viajaré hasta allí por puro placer.

- Esos trajes... ¿a qué personajes de manga corresponden?

-(Gema) Somos dos muñecas de la serie Rozen Maidem. Trata de siete muñecas que compiten por conseguir la rosa mística. Quien la obtenga será considerada la hija perfecta del creador Alice.

-Ya, vamos, que la modista ha tenido mucho trabajo...

-(Ambas) Sí, hemos tardado en hacerlo unos cinco meses. Nuestras costureras han sido principalmente las madres. Los complementos son cosa nuestra. Mi peluca por ejemplo -la de Rosa- la he comprado por internet en Estados Unidos.

-Cuando se quitan el disfraz y aparcáis el manga ¿qué otras cosas les gustan hacer?

-(Rosa) Yo soy una apasionada de la historia, la lectura y el cine.

-(Gema) A mí también me gustan todas esas cosas, porque disfruto con cualquier actividad que tenga un matiz artístico. El manga y la cultura japonesa en general, por supuesto, también lo tiene.

-¿Y cuál es la última obra literaria que habéis leído?

-(Gema) El alquimista, de Paulo Coello. Intento combinar los dos tipos de lectura, dejo los tomos de manga en Cádiz y me llevó a Sevilla cualquier otro libro.

-(Rosa) A mi sobre todo me gusta la novela histórica y las de ciencia ficción, incluso las de vampiros, pero sin llegar a la obsesión. Lo último que he leído es El mundo sin fin de Ken Follet.

-Os bajáis los dibujos por ordenador, ¿la tele os aburre?

-(Rosa) No, para nada. Estoy enganchada a Sin tetas no hay paraíso y también me encanta Prison Break. Además, casi siempre pico con alguna edición de Gran Hermano u Operación Triunfo.

-Los amigos y la familia ¿comparten la afición?

-(Gema) Claro, yo tengo amigos de en todos los ambientes. Que les guste el manga sólo dos o tres.Yo soy mucho de Semana Santa y Carnaval, ¿eh? Sin embargo, mi madre piensa que soy una mamarracha aunque me respeta sin más.

-Sin usar la palabra 'friki' ¿Cómo os definiríais?

-(Gema) «Otaku», que es la palabra japonesa que designa a los aficionados a la cultura manga, aunque sin el sentido peyorativo que se le imprime allí.

-La pregunta obligada en tiempos de crisis. La mangamanía ¿es cara?

-(Rosa) Sí, bastante. Sobre todo los tomos de los cómics. Yo me he llegado a gastar más de cien euros en un cómic completo. El disfraz ya me lo puse en el Salón de Jerez, así que ya está amortizado.