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Habrá pacto

Pese a los halcones de uno y otro pelaje, habrá «algún tipo de pacto: no como los de La Moncloa, pero pactos, al fin». Pese a cuanto se está diciendo en estas horas previas a los grandes encuentros. Es lo que transmiten algunas fuentes tanto del Gobierno como del Partido Popular a la hora de prever el resultado de las próximas reuniones, primero entre Pedro Solbes y Cristóbal Montoro, luego entre Zapatero y Rajoy, para tratar de encontrar soluciones a la crisis económica.

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De poco sirve, dicen quienes quieren el acercamiento -que entiendo son los más representativos-, tirarse las hemerotecas a la cabeza, y poco significativas son las actuales declaraciones hostiles de unos contra los otros: en último término, ambas partes deberán encontrar en la próxima cumbre de La Moncloa un resquicio que les permita algún tipo de acuerdo. Todos reconocen que los ciudadanos entenderían mal que, si republicanos y demócratas norteamericanos, en plena campaña electoral, han sido capaces de llegar a un entendimiento, si el tripartito catalán y sus adversarios convergentes han logrado una posición común frente al Gobierno central, este mismo Gobierno y el principal partido de la oposición no consensúen algún tipo de mensaje unitario. Un mensaje que tranquilice a los ciudadanos, angustiados ante las perspectivas económicas que se les trazan. Al fin y al cabo, PSOE y PP han pactado ya sobre cuestiones importantes, pero acaso menos urgentes. ¿Por qué no sobre los Presupuestos para 2009?, piensan quienes quieren un acuerdo.

Las recetas que adelantan socialistas y populares no difieren en casi nada, excepto en los porcentajes, y las enmiendas que el PP (sí, el PP de Montoro, tan crítico que sugiere movilizaciones en la calle) plantea a los Presupuestos del Estado no son insalvables. Ya sabemos que tanto el jefe del Ejecutivo como el líder de la oposición tienen a sus espaldas presiones para mostrarse duros, aunque sean más presiones mediáticas que de sus propios partidos. Mayor será, en todo caso, la presión de la opinión pública, que inequívocamente quiere -ambos partidos manejan sondeos muy claros en este sentido- que la crispación y los enfrentamientos gratuitos de la pasada legislatura queden en el olvido.