CRÍTICA DE TV

'Yo, yo misma y tina'

El otro día el periódico canadiense Le soleil, ilustrando un artículo sobre la candidata a la vicepresidencia de EE UU, publicaba una foto de Tina Fey y Amy Poehler en el famoso sketch de Saturday Night Live (el segundo) como si fueran Sarah Palin y Katie Couric en la entrevista original de la CBS. Algo así como hacer pasar la catedral de Palma por la de Sevilla. O como la leyenda urbana de que Charles Chaplin quedó segundo en un concurso de imitadores de Charlot. Una metedura de pata, vale, pero viendo la madrugada de ayer a la gobernadora de Alaska en el debate con Biden, por momentos daba la impresión de que estábamos asistiendo a una parodia del programa de la NBC. De que estábamos viendo a Tina Fey. Para rematar, sólo faltó ese momento bizarro en que la candidata guiñó el ojo. Da las gracias hechas a la Fey sin necesidad de guionistas.

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Me preguntaban la semana pasada unos profesores estadounidenses si en España interesaban las elecciones americanas. Es como preguntar si nos interesan las series americanas. O la Coca-Cola. O George Clooney. Más que las nuestras, que son muchísimo más aburridas. La lástima es que no podemos votar (Homer Simpson tampoco a Obama, según el futuro capítulo de Halloween). Sólo hay que ver que el debate (tres de la madrugada, hora local de aquí) lo retransmitieron en directo La 1 (mira, una ocupación que le han dado al recientemente fichado Vicente Vallés), Antena 3 y Telemadrid (casi le dan las uvas a la hora de conectar con San Luis). Eso sin contar la globalizada CNN, que subtitulaba la pregunta que los candidatos estaban contestando en cada momento.

Ello resaltaba más el hecho de que la adorable Sarah parecía estar jugando a los disparates (éste me ha preguntado que y éste ha contestado que ). Aparte del aspecto robotizado que desprendía al cantar los temas, y aparte del dominio de la televisión cuando nadie le aprieta («quiero hablar al pueblo americano sin el filtro de los medios de comunicación», dijo de su patética entrevista con Couric), Sarah Palin estaba la madrugada del viernes entre la protagonista de Nacida ayer y la sheriff de Fargo con una lobotomía. Para completar el personaje, sólo le faltaba estar embarazada.