Palin disipa el temor republicano
Aunque todos los sondeos coinciden en que Biden se impuso en el debate de vicepresidentes, su rival también demostró talla política y no defraudó
Actualizado: GuardarFue el debate vicepresidencial más esperado de las últimas décadas, y el segundo en el que una mujer se sube al podio. La republicana Sarah Palin debatía en la madrugada de ayer no sólo con el demócrata Joe Biden, sino con la caricatura de sí misma que había dibujado el programa Saturday Night Live, merced a sus muchos errores. Este último reto personal lo ganó, pero no logró imponerse en sustancia al veterano senador al que las encuestas daban como vencedor.
Así lo vio abrumadoramente el 51% de la audiencia encuestada por CNN, frente al 36% que favoreció a la gobernadora de Alaska. Cifras parecidas a las de CBS, donde el 46% inclinó la balanza por el compañero de Barack Obama frente al 21% que favoreció a la segunda de John McCain. Y sólo la cadena Fox, ultraconservadora y patrocinada para esta encuesta por la cerveza Budweiser, de la que indirectamente es propietaria la esposa de McCain, ponía por delante a Palin.
Todo el mundo coincidía en que la nueva estrella política del Partido Republicano lo hizo mucho mejor de lo esperado, pero eso no era decir mucho. The New York Times recogía en su editorial de ayer «no recordar nunca» a un candidato con expectativas más bajas que las que llevaba Palin, y en privado un estratega republicano lo hacía mucho más descriptivo: «Mientras no se vuelva a la cámara y diga aquello de 'En vivo, desde Nueva York, esto es Saturday Night Live', no estaremos contentos», anticipó.
Los republicanos se frotaban las manos nerviosos en los sofás de su casa, mientras Palin hacia lo propio en el escenario de la Universidad de Washington en St. Louis. El candidato republicano ha sufrido un duro revés en sus perspectivas electorales desde que se desató la crisis financiera de Wall Street. Y la falta de profundidad política que había demostrado su compañera electoral en las contadas entrevistas que había dado no ayudaban nada a que los estadounidenses confiaran en esta pareja para dirigir el futuro del país. Por eso la mayor hazaña de Palin fue «ayudar a detener la hemorragia» que sufre la campaña, dijo el estratega republicano Todd Harris, «pero sólo esto no cambiará la tendencia».
Palin llevaba la lección aprendida y unas cuantas estrategias para salir del paso: ignorar las preguntas de la moderadora para hablar sólo de lo que controlase, respaldarse tras la experiencia de su jefe y trasladar todos los temas a situaciones familiares para conectar con el votante de a pie, al que habló con un estilo tan coloquial que chirrió hasta en la calle. En los grupos de control que estudió CNN la aprobación de los votantes bajaba cuando la oían decir «jolín» o contraer palabras.
Contención y respeto
Ella justificó cada evasiva con que «puede que no responda a las preguntas de la moderadora pero voy a hablar directamente al pueblo estadounidense». Biden ejerció una contención inusitada que la audiencia ha valorado. Fue exquisitamente respetuoso y se refirió a ella como «gobernadora», pese que ella le llamaba «Joe». No la corrigió en ningún momento para no parecer un listillo y apenas en una ocasión apuntó a la moderadora que «no he oído ningún plan sobre Irak». «¿Y el vuestro es una bandera blanca de rendición!», contraatacó Palin.
El mayor fallo de Palin fue cambiarle el nombre al comandante de las tropas en Afganistán -general David McKiernan-, que ella llamó McClelan, y su frase más controvertida fue la de negar la mano del hombre en el calentamiento global. Biden sí dejó algunos momentos memorables, como cuando calificó a Dick Cheney de «el vicepresidente más peligroso de la historia de EE UU» o cuando arrebató a Palin el monopolio de la madre de la calle que conecta con el pueblo, momento en el que se le hizo un nudo en la garganta al hablar de su hijo, que ayer salió para Irak: «La idea de que porque soy un hombre no sé lo que es criar solo a dos hijos -su mujer y su hija murieron en un accidente de tráfico-, y que no sé lo que es tener un hijo que no sabes si volverás a ver (aquí la voz rota y la pausa) Con el debido respeto, entiendo todo eso tan bien como la gobernadora o cualquier otra persona, y lo que quiere esa gente sentada alrededor de la mesa de la cocina es que la ayuden».
Empatados en su lucha por el ciudadano común, la audiencia pareció coincidir con la reflexión de Hillary Roson en la CNN. «Bien, no ha metido la pata, pero yo sigo pensando en qué pasaría si es 11-S, el presidente está volando en paradero desconocido y el vicepresidente está en la sala de crisis buscando autoridad para derribar un avión de pasajeros. ¿Cumple Sarah Palin los requisitos para ser esa persona? Y para mí la respuesta es no».