Brown olvida la traición de Mandelson y le recupera para el Gobierno

El hasta ahora comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, fue nombrado ayer nuevo responsable del Ministerio de Empresas del Gobierno británico como parte de una remodelación acometida por el primer ministro, Gordon Brown, para dar más unidad al Partido Laborista en un momento difícil. Mandelson dirigió hasta agosto la delegación de la UE en la negociación para un nuevo tratado de la Organización Mundial del Comercio. Tras el fracaso de esas conversaciones abandona Bruselas.

Mandelson ha sido, quizás tras el ex primer ministro conservador Edward Heath, el político británico que con más claridad ha defendido a la UE. Cuando era miembro de la Cámara de los Comunes encabezaba la delegación del comité parlamentario británico-español. Brown es reconocido como el principal obstáculo que encontró Blair para incorporar la libra en el euro, pero la recuperación del nuevo lord Mandelson -tendrá que recibir un escaño en la Cámara alta para formar parte del Gabinete- no llama la atención por integrar a un ministro europeísta.

El anuncio del regreso de Mandelson causó asombro en Westminster porque él, Gordon Brown y Tony Blair fueron los tres artífices que íntimamente diseñaron y ejecutaron la transformación del Partido Laborista en una formación con posibilidades de gobernar y en una maquinaria electoral admirable. Y los tres protagonizaron la tragicomedia posterior del laborismo.

Tras la muerte súbita de John Smith, el laborismo tenía que elegir entre Gordon Brown y Tony Blair, pero, antes de que decidieran quién iba a presentarse a la elección, Mandelson alimentó a los periodistas la candidatura de Blair. Gordon Brown cedió entonces y la década del laborismo ha estado marcada por su rencor hacia sus dos íntimos ex amigos, que le habían traicionado. Mucho antes de que el actual primer ministro forzase a Tony Blair a dimitir, en 2007, Mandelson ya había caído por el precipicio.