RESTOS. Sector donde se han descubierto los hallazgos prehistóricos calcolíticos. / LA VOZ
Cultura

El yacimiento de Santa María apunta a que el barrio es más antiguo que El Pópulo

El yacimiento calcolítico descubierto en la calle Mirador ya ha proporcionado 2.000 piezas a los arqueólogos, que esperan localizar otro millar más Las prospecciones han sacado a la luz seis tumbas fenicias y una copa de Corinto

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Santa María está proporcionando los restos prehistóricos más importantes y antiguos del casco urbano de Cádiz. Los hallazgos localizados en la cuadrícula imaginaria formada por las calles Concepción Arenal, Botica, Santo Domingo y Teniente Andújar, apuntan a que existe un importante estrato calcolítico, muy anterior, incluso, a cualquier yacimiento localizado en El Pópulo, que tradicionalmente se ha considerado el núcleo originario de la ciudad.

«Por lo pronto, ni en la Casa del Obispo ni en su entorno se ha llegado a los 1.300 años a. C», época en la que están datados los utensilios de sílex, microláminas, abridores o puntas de curtir pieles que los arqueólogos municipales han sacado a la luz en el solar que ocupa varias parcelas de las calles Santo Domingo y Mirador. En total, más de 2.000 piezas, aunque Paco Blanco, responsable de las prospecciones, calcula que todavía podrán extraer otras mil en cuanto continúen las tareas por la zona periférica.

Se trata de un volúmen «excepcional», sobre todo si tenemos en cuenta que el total de la superficie excavada no supera los 30 metros cuadrados, y que se ha prospectado sólo a 30 centímetros de profundidad. Los hallazgos indican que se trata de una suerte de «industria lítica», un lugar al que los habitantes del Cádiz de la época se trasladaban desde sus viviendas para construir sus he-rramientas. Los restos apuntan a una forma de vida sustentada en la pesca, el marisqueo y el consumo de moluscos.

«Estamos hablando del poblamiento originario, antes de que llegaran los colonizadores fenicios», subraya el arqueólogo, quien «tenía la total seguridad de que allí aparecerían restos importantes, tanto por la situación de la parcela como por algunas publicaciones de principios de siglo, que ya hablaban del hallazgo de tumbas en un solar colindante». En un estrato superior, la época fenicia también ha dejado un curioso bagaje de hallazgos. Destacan seis tumbas, datadas entre los siglos VII y VI, que confirman la vocación del barrio como «lugar de culto y necrópolis». Una de ellas, correspondiente a un niño, guardaba todavía objetos personales del difunto: un collar con cuentas de oro, rematado en una pieza central de cornalina, y fragmentos de un hacha pulida. En la otra, una hebilla y un broche de capa, del tipo acebuchal, fechado entre el 800 y el 620 a. d. C. En ese mismo estrato se halló una de las piezas más curiosas y excepcionales: la primera cótila griega localizada en Cádiz. Se trata de una copa corintia que aparece asociada a restos de huevos de aveztruz, utilizados por los fenicios como utensilios rituales cotidianos.

Para Paco Blanco también resultó una grata sorpresa encontrar una enorme fosa perteneciente a la época imperial (siglo I. d. C), que debió de ejercer como un gran basurero en el que se mezclan todo tipo de materiales de deshecho. Elementos cerámicos, restos alimenticios, mármoles, lucernas, ánforas, fuentes, jarras, sigilatas y vajillas de lujo. La fosa, con 2,5 metros de diámetro y excavada hasta los cuatro de profundidad, es un auténtico cajón de sastre de la vida cotidiana durante esta época.

Finalmente, dos pozos de los siglos XVI y XVII servido de almacén de materiales del Cádiz colonial, con cerámicas y porcelanas procedentes de diversas partes de España, Europa y ultramar. El solar de Santa María, además de por la riqueza y diversidad de época y procedencia de los materiales hallados, resulta de una importancia fundamental por la claridad con la que presenta los diferentes estratos, «algo muy difícil de encontrar en esta parte tan occidental del casco urbano», explica Blanco.