Günther Beckstein. / AP
MUNDO

La crisis de la CSU se cobra otra víctima en plena guerra fraticida

Las cabezas no dejan de rodar en el seno de la Unión Socialcristiana (CSU) por su desastre electoral en Baviera. Tras la caída del presidente y la secretaria general, ayer le tocó el turno a Günther Beckstein, el jefe del Gobierno regional, que fue obligado a renunciar por el grupo parlamentario de su partido y por la presión del futuro líder de la formación, Horst Seehofer.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Beckstein, que será recordado en Baviera como el dirigente que menos tiempo ha permanecido en el cargo -apenas doce meses- justificó su dimisión por la «falta de respaldo» del partido, una breve frase que oculta el mal momento que vivió este político de 64 años durante una tormentosa reunión con los diputados de la CSU.

A pesar del descalabro que sufrió el partido el domingo pasado, Beckstein no ocultaba sus deseos de seguir en el cargo y dirigir personalmente las negociaciones para buscar un socio con quien formar el futuro gobierno. Pero ayer, en lugar de recibir el apoyo necesario para iniciar los contactos y diseñar una estrategia que permita recuperar a la formación conservadora el terreno perdido, fue poco menos que culpado de la derrota entre clamores que exigían su renuncia.