MUNDO

Cameron apela al 'thatcherismo' social

El líder del Partido Conservador británico, David Cameron, prometió ayer «reparar la sociedad rota» siendo «tan radical en la reforma social como Margaret Thatcher lo fue en la reforma de la economía británica», durante su discurso de clausura de la conferencia anual de los 'tories', que puede ser la última antes de la celebración de elecciones. Cameron habló al final de una conferencia en la que los ministros del gabinete en la sombra presentaron un lado tenebroso de la década laborista, en la que se ha vivido un continuo crecimiento económico, del que el primer ministro, Gordon Brown, se ha presentado como hacedor hasta la reciente crisis.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los dirigentes conservadores ofrecieron a su audiencia otros datos. El 80% de los nuevos empleos han ido a parar a inmigrantes y el paro de largo plazo sigue igual. Casi cinco millones de personas solicitan el subsidio de desempleo y el paro juvenil es, según ellos, más alto que en 1997. Reino Unido tiene la cifra más elevada de la Unión Europea de niños que viven en hogares en los que ninguno de los padres tiene empleo. Casi 1,3 millones de jóvenes entre los 16 y los 24 años no trabajan ni estudian.

David Cameron ofreció ayer los últimos rasgos del persistente retrato de una sociedad rota. Mencionó los veintisiete niños y jóvenes asesinados en Londres en lo que va de año por otros niños y jóvenes. Un delito con arma de fuego cada hora. Un delito grave con arma blanca cada media hora. Un millón de víctimas de ataques relacionados con el consumo de alcohol.

¿Y qué hace el Gobierno? Cameron ejecutó en este punto una de sus más notables piruetas en la transformación de su partido. «Para los laboristas sólo hay Estado e individuo, nada en medio. No hay familias en las que apoyarse, amigos de los que depender, ni comunidad a la que apelar», dijo. «No hay vecindario en el que crecer, ni fe que compartir, ni asociaciones benéficas a las que unirse. Nadie salvo el primer ministro, ningún lugar salvo el Gobierno, no hay tal cosa que pueda llamarse sociedad, sólo ellos, sus leyes, sus reglas y su arrogancia. No se puede dirigir un país de esa manera», clamó.

La frase «no hay tal cosa que pueda llamarse sociedad» está ligada íntimamente al 'thatcherismo', porque la ex líder 'tory' la pronunció en una entrevista, en 1987, causando furor entre sus rivales. Cameron logró ayer que los conservadores le brindasen una de sus ovaciones más calurosas abjurando de tales ideas mientras celebran su legado.

Cameron considera que regulaciones sobre seguridad e higiene, sobre derechos humanos o meramente burocráticas han creado un Estado hinchado que obliga a los policías a llenar un formulario evaluando el riesgo de una persecución antes de emprenderla. Que deshumaniza los hospitales u obliga a las escuelas a pedir un riguroso certificado policial y de penales a los padres que acogen a niños extranjeros en intercambios escolares.

El líder conservador fue aplaudido cuando prometió acabar con todo eso. ¿Sus planes? No quiere aumentar el número de cárceles - sólo 5.000 plazas más que los laboristas-, pero quiere que los presos tengan que ganar con buena conducta y obras el derecho a la libertad provisional. Quiere añadir 3.000 asistentes sanitarios a los que visitan a los padres y les asesoran tras el nacimiento de un hijo, vincular subsidios con la disposición a trabajar, reformar la seguridad social y el sistema fiscal para que beneficien a la familia. Los laboristas han enmendado en su década la carencia de medios de los servicios públicos -particularmente sanidad y educación-, cuyo deterioro ahuyentó a las clases medias de la revolución económica 'thatcheristas'. Cameron las intenta atraer ofreciendo la imagen de un partido político que «aplica medios conservadores para objetivos progresistas».