DESDE EL BANQUILLO. Messi marcó los dos goles del triunfo. / EFE
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La pillería y clase del argentino Messi rescatan al Barça en el último suspiro

El zurdo salió desde el banquillo y con dos goles dio el triunfo a los azulgrana Los chicos de Guardiola dominaron pero sin pegada ante los ucranios del Donetsk

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Leo Messi salió al rescate del Barça para dar la vuelta a un partido que los azulgrana tenían casi perdido al filo del tiempo reglamentario. Un garrafal error de Pyatov y la habitual clase del jugador argentino le bastó al conjunto catalán para superar al Shakthar por 1-2, encarrilando su clasificación para la siguiente fase de la Liga de Campeones .

El Barça de las dos caras, con o sin Messi, empezó dubitativo. Esta vez a Pep Guardiola el experimento le salió rana. Su retoque táctico desdibujó por completo a su equipo, que pasó de rasear el balón a tener como arma primordial el pase largo. El 3-5-2 ofensivo con Puyol de central por la izquierda y Henry y Eto'o como delanteros, combinado con el 4-4-2 defensivo, lastraron hasta el abismo el juego azulgrana.

El Barça se pasó la primera mitad sin saber a qué diablos jugaba. Parecía un equipo cauteloso sin querer arriesgar. Henry casi quebró esa excéntrica voluntad con una contra a los seis minutos rechazada con criterio por Pyatov. Triste pero cierto. El Barça controló la posesión del esférico para generar una sola ocasión. Su rival tampoco estaba para echar cohetes. Ilsinyo desnudó a la zaga azulgrana

Suerte y clase

La ventaja recogió al Shakthar frente a su área. Guardiola utilizó su mejor as. Messi por un errático Henry. Alves ya había puesto en apuros a Pyatov con una falta casi perfecta. No era suficiente. Al Barça le faltaba mucho ritmo y la puesta en escena del argentino respondía a esa necesidad.

Eto'o sería el primero en percibir la clase de Messi, pero desaprovechó la visión del argentino errando de forma lastimosa una clara ocasión ante Pyatov.

El Barça estaba contra las cuerdas hasta que el portero ucraniano y la picardía de Messi dieron un vuelco inesperado al partido. Un centro de Bojan situaría la pelota ante un Pyatov que serviría el balón en bandeja para que rematara a puerta vacía.

A esa dosis de suerte se le añadiría la magia del menudo jugador azulgrana, que con una preciosa vaselina trajo la victoria a España.