Aliño de luto

Con la muerte de Paul Newman no sólo ha desaparecido un mito del cine. Newman Own's, la marca de alimentación conocida por sus salsas y por su labor filantrópica tendrá que luchar ahora por sobrevivir sin la guía de su carismático fundador. Los tarros de salsa para pastas y ensaladas con la cara de Newman en la etiqueta son uno de los productos más populares de Estados Unidos, pero lo que muchos no saben es que la empresa es también una organización humanitaria que invierte todos beneficios en obras de caridad.

Entre ellas están los campamentos de verano Hole in the Wall, creados por el propio Newman en 1988 para ofrecer vacaciones gratis a miles de niños con enfermedades terminales. Según Susan LaMontagne, portavoz de Newman 's Own, la firma ha distribuido casi 250 millones de dólares entre diferentes proyectos de caridad desde su fundación en 1980.

«Echaremos de menos a Paul, pero honraremos su visión del bien común mediante la administración de su compañía que perpetuará su legado filantrópico. Él no lo habría querido de otra forma», dijo la empresa en un comunicado publicado en internet.

Ligado a su imagen

Robert Forrester, vicepresidente de la fundación Newman 's Own, señaló el sábado que el actor ya había comenzado hace años con los preparativos para asegurar que los beneficios del grupo siguieran dedicándose a causas humanitarias tras su desaparición. Sin embargo, algunos expertos temen por el futuro de la compañía tras la muerte de Newman, pues todo en ella estaba fuertemente ligado a la imagen del protagonista de El Golpe.

Su cara decoraba todos los productos de la marca y él mismo escribía a veces los textos del etiquetado. El actor ya no estaba implicado en la gestión de la compañía y se centraba en las actividades filantrópicas, pero seguía de cerca sus actividades.

La firma está íntimamente relacionada con la familia Newman: dos de las hijas de Paul gestionan la fundación Newman 's Own y la filial de productos biológicos del grupo y hasta su esposa, Joanne Woodward, contribuyó con el diseño de las etiquetas. Para Paul Newman, esta empresa y su función caritativa era una gran pasión, más grande, quizá, que su carrera como actor.

Newman y su amigo A.E. Hotchner crearon la marca casi como una broma vendiendo en pequeños comercios de Connecticut las salsas para ensalada que el actor mezclaba en el granero de su casa. Al principio, Newman rechazó utilizar su fama para comercializar los productos, pero accedió a cambio de que los beneficios se dedicaran a causas humanitarias.