Reto de confianza
El solemne acto de apertura del Año Judicial se transformó ayer en la ocasión propicia para que tanto el nuevo presidente del Consejo del Poder Judicial y del Supremo, Carlos Dívar, como el fiscal general, Cándido Conde-Pumpido, dieran por inaugurado un nuevo tiempo, clave para avanzar en la definitiva modernización de la Administración de Justicia y en la recuperación de la confianza de la sociedad, tras una legislatura de profundo deterioro en el funcionamiento del tercer poder del Estado. La aseveración de Dívar de que ha llegado «la hora de la Justicia» no puede constituir sólo un reconocimiento implícito de las carencias que lastran la adecuada prestación de un servicio público esencial para la democracia y la paz social, sino que debe consumar el Pacto para la Justicia promovido por el PSOE y el PP en 2001.
Actualizado:El máximo representante del CGPJ tiene ante sí la complicada responsabilidad de restituir la credibilidad de un Consejo cuya independencia ha de ser espejo y garante de la que tienen que guardar los tribunales y sus magistrados. Pero ese objetivo precisa combinarse con el logro de la máxima eficacia en la aplicación de las leyes, una eficiencia en entredicho por la acumulación de casos pendientes y por los errores detectados. De ahí que resulte urgente desarrollar la nueva oficina judicial, con mayores dotaciones de medios humanos y materiales, incorporar los avances tecnológicos para agilizar los trámites y asegurarlos, y adecuar los recursos a una criminalidad cambiante y cada vez más compleja, que según la última memoria de la Fiscalía ha redundado en un incremento de un 3% en los delitos y el agravamiento de sus características.