Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Opinion

¿Crisis! ¿Qué crisis?

Puede que el país al completo esté sumergido en una profunda crisis que ya muchos comparan con el fatídico Crack de 1929. Ese horrendo año en el que fueron muchos los que se fueron sucediendo en los balcones de las empresas, ventanas de los edificios o simplemente en los despachos de más de uno que quiso jugar a ser Dios y se quedó por el camino.

Actualizado:

Ahora estudiamos en los libros de Historia ese año, ese momento marcado con tinta roja, más roja que nunca en la que no sólo se alcanzaron número rojos históricos sino que la mortalidad aumentó sin causas naturales aparentes. ¿Qué se les pasaría por la cabeza a aquellos que optaron por dejarse abrazar por el vacío? ¿qué sentimientos tuvieron esos ejecutivos para abandonar a su suerte a su familia?

Pues posiblemente pensaran lo que piensa el 99,9% de la población hoy en día. Que los sueldos son muy bajos, que no les da para comer y menos para alimentar a las bocas que tienen a su cargo. Que no se divorcian porque no son capaces de subsistir con esos mil euros que en la mayoría de los casos ni llega a esa cifra. Pues sí, somo mileuristas pero de boquilla porque al final entre retención y retención el sueldo se te queda para comprar pipas.

Y más duro es cuando hay niños de por medio, con sus necesidades y sus caprichos, sus alimentos y pañales, vestidos y zapatos. Y ya no digamos de los colegios, uniformes y los libros. Si cada año que pasa la economía empeora y con ello van parejo los sueldos de los «curritos» cómo vamos a poder echar pá lante con una familia, independizarnos, casarnos y ser por fin autosuficientes si aún sin tener una hipoteca, sin tener una manutención ni una familia en la mayoría de los casos no llegamos a fin de mes. Eso sí siempre y cuando no ocupemos un lugar en la cola del paro, entonces sí que es una odisea y toda una proeza el día a día.

Juan Pérez. Jerez