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SATISFACCIÓN. Haider celebra los resultados obtenidos en la sede de su partido. / AP
LOS RESULTADOS

Austria castiga la gestión del Gobierno con un gran impulso a la ultraderecha

El avance radical ensombrece el triunfo socialdemócrata en las legislativas

V. A.
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Los electores austriacos dieron ayer un fuerte tirón de orejas a la alianza entre socialdemócratas y conservadores que ha gobernado el país centroeuropeo desde el 11 de enero de 2007. Y lo hicieron sobre todo por su mala gestión económica y el progresivo resquebrajamiento de la coalición. Por eso, aunque otorgaron en las urnas el triunfo al Partido Socialdemócrata (SPÖ) le castigaron con un ascenso de las formaciones de extrema derecha, que fueron las únicas que aumentaron su apoyo popular en las legislativas. Sin duda, el Partido Liberal (FPÖ), de Heinz-Christian Strache, y la Alianza para el Futuro de Austria (BZÖ), de Jörg Haider, fueron los verdaderos ganadores al sumar entre los dos casi el 30% de los votos.

Según resultados parciales, el SPÖ, de Werner Fayman, ministro de Infraestructuras, habría obtenido el 29,7% de los votos, seguido del Partido Popular Austriaco (ÖVP), con un 25,6%, del actual vicecanciller y titular de la cartera de Finanzas, Wilhelm Molterer, que perdería casi nueve puntos. Los socialdemócratas obtuvieron el peor resultado de su historia tras perder casi seis puntos porcentuales respecto a los comicios de 2006.

Pero la que tiraba cohetes era la extrema derecha. El FPÖ subió del 11,04% al 18,01%, mientras que la BZÖ se disparó del 4,11% de hace dos años al 10,88%. No obstante, el partido de Strache se adelantó a rechazar categóricamente una unión de fuerzas con el grupo de Haider de cara a la formación del nuevo Ejecutivo, que se presenta difícil debido al reparto de los 183 escaños parlamentarios. Pero Haider, bestia negra para algunos dirigentes europeos desde hace ocho años, no descarta nada.

También retrocedieron hasta el 9,79% de los votos los opositores Verdes, agrupación ecologista y de tendencia izquierdista, aunque con fuertes raíces burguesas.

Strache ya ha exigido la jefatura del Gobierno, una aspiración que se contradice con la tradicional costumbre de que sea el candidato del partido más votado el que reciba el encargo del presidente de la República para formar nuevo Ejecutivo, lo que corresponde, en principio, al socialdemócrata Fayman. En declaraciones a la prensa, el líder del FPÖ recordó «el modelo de 1999, cuando el que quedó tercero se convirtió en canciller federal», en alusión a las elecciones de octubre de ese año, cuando el FPÖ, entonces liderado por Haider, relegó al tercer lugar al Partido Popular que encabezaba Wolfgang Schüssel, consolidándose como segunda fuerza política con el 27%.

Aquella maniobra desató la indignación de la comunidad internacional y las consiguientes sanciones promulgadas por la Unión Europea ante los que consideraban el regreso del filonazismo a la política contemporánea. Haider llegó a decir de las SS, el cuerpo paramilitar del partido nazi, que era «una parte del Ejército alemán que merecía reconocimiento y respeto».

Por su parte, Fayman señaló nada más conocer los resultados que está dispuesto a renovar la coalición de Gobierno con el ÖVP. «He dicho que si el Partido Popular cambia su actitud, es posible hacer un muy buen trabajo», declaró el líder socialdemócrata.

A la hora de buscar responsables de los malos resultados de los dos partidos de la gran coalición no se salva el actual canciller, Alfred Gusenbauer, por su notoria falta de liderazgo y carisma. Gusenbauer ha permanecido escondido del público en las últimas semanas en una bien calculada estrategia de los socialdemócratas que tenía por objeto no agravar el desprestigio y desgaste sufridos durante la legislatura.

Mientras, el Partido de la Libertad de Strache se dedicó durante la campaña a ganar adeptos desde la oposición, merced a una retórica antiinmigratoria y antipopulista, con eslóganes como los pronunciados de cara a las elecciones locales en Viena: «En casa, nada de islam», o «Viena no debe convertirse en Estambul».