CANDIDATO. Jorge Alarte saluda a los asistentes al congreso valenciano socialista. / EFE
ESPAÑA

Rajoy fía su éxito electoral al descalabro de Zapatero

Sectores del PP y diputados cuestionan la oposición defensiva de su líder y reclaman más beligerancia

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El tedio paraliza a los diputados del PP y a una parte del partido que lidera Mariano Rajoy. Es lo que denuncian quienes echan de menos una oposición más activa y frontal, y se declaran aburridos y preocupados por la atonía que aprecian en su línea política. La dirección replica que las encuestas sobre intención de voto avalan las decisiones del nuevo equipo y aseguran que la pérdida de apoyos del PSOE dará el triunfo al PP.

Además, los afines a Rajoy identifican a los quejosos con la línea que representa Esperanza Aguirre y los tics del 'aznarismo', que siempre estaba en constante movilización interna y enzarzado en los debates más radicales.

Pero los parlamentarios acusan el desánimo ante la parálisis que atribuyen a su opción política. «Es el peor momento para el PSOE, sufre el desgaste de la crisis y un retroceso electoral importante pero ni aún así nosotros despegamos, no convencemos ni atraemos a nadie y a nuestra gente le falta ilusión». Éste es un análisis muy difundido en distintos ámbitos del partido opositor que se refleja, con especial crudeza, en el Parlamento. «Es el estilo de Mariano: esperar a que el adversario se equivoque poniéndose de perfil», explican los diputados inquietos ante la atonía del debate político.

Otros tiempos

«Acebes y Zaplana eran el problema -dice otro de los descontentos- pero ahora ya no están y seguimos sin atraer a la gente». «En otros tiempos, estaríamos llamando a todos los altos cargos al Parlamento y atacando por distintos flancos pero ahora se nos pide un tono bajo porque la estrategia es ir sólo a la cabeza», se queja un diputado integrado del equipo económico. Como él, otros han propuesto distintas actuaciones, preguntas y comparecencias al portavoz económico, Cristóbal Montoro, pero el ex ministro ha diseñado una oposición a la medida de su jefe de filas. Se trata de no salirse de la ortodoxia económica, sin concesiones al populismo y atacar sólo al vicepresidente Pedro Solbes.

En contraste con los despliegues parlamentarios de otros tiempos -cuando se contaban por miles las propuestas presupuestarias de Rodrigo Rato-, el PP sólo planteará un reducido número de enmiendas de carácter general y sin concesiones a las reivindicaciones territoriales concretas. Son, sobre todo, los más jóvenes quienes se preguntan dónde está la clave y el motivo por el que no consiguen conectar con la opinión pública a pesar de haber cambiado el tono de su oposición y abandonado el radicalismo de la pasada legislatura.