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El mundo del baile flamenco pierde la enorme figura de Mario Maya
Creador de una saga y considerado uno de los mayores renovadores artísticos, recibe hoy sepultura en Sevilla tras fallecer a los 71 años
Actualizado: GuardarQuiso la casualidad que la vida de Mario Maya, uno de los grandes del baile flamenco, se apagara mientras se celebra la Bienal de Flamenco de Sevilla. La noticia de su fallecimiento, a los 71 años, tras una larga enfermedad tiñó ayer de luto el evento, en el que se representa un espectáculo suyo, Mujeres, con Merche Esmeralda, Rocío Molina, Diana Navarro y Belén Maya, su hija. La capilla ardiente del bailaor, compositor y coreógrafo se instaló en el Ayuntamiento de la capital hispalense, donde residía, mientras autoridades y compañeros lloran la muerte de quien fuera Medalla de Plata de Andalucía y Premio Nacional de Danza del Ministerio de Cultura en 1992.
Mario Maya Fajardo, nacido en Córdoba en 1937, se inició en el mundo del flamenco en el Sacromonte granadino, donde bailaba para los turistas. A los 13 años se trasladó a Madrid para ampliar su formación y realizó su debut con Manolo Caracol, al que acompañó por todos los tablaos de la capital. Poco después se unía al Ballet Español de Pilar López para continuar su carrera artística. En los años 60 dio el salto al otro lado del Atlántico. En Nueva York, conoció las nuevas tendencias del teatro contemporáneo y tomó las ideas y conceptos sobre danza que, más tarde, iría incorporando al baile flamenco.
El propio Maya se reconocía como un bailaor «muy pulcro, muy técnico musicalmente» y con movimientos basados en «la expresión».
Lorca y la gestión
Tras su periplo americano, regresa y forma el Trío Madrid junto a Carmen Mora. Años después, y ya en compañía de José Heredia Maya, monta sus primeros espectáculos, con un fuerte contenido social y carácter teatral. Entre otros, destacan Ceremonial (1974), Camelamos naquerar (1976), Áy'jondo (1977), Amargo (1986) o El amor brujo (1987), con los que obtuvo importantes premios na-cionales e internacionales.
Con la creación de la Compañía Andaluza de Danza, Mario Maya se retiró de la primera línea y se dedicó a la dirección y coreografía de espectáculos, la mayoría de ellos inspirados en Lorca y su trilogía de tiempo, amor y muerte. Entre estos montajes destacan Los flamencos bailan y cantan a Lorca y Diálogo del Amargo. En 1983, Maya fundó en Sevilla el Centro de Actividades que lleva su nombre, y donde se impartían clases de baile flamenco, danza clásica y de jazz.
A este centro le seguirían, en 2002, el Centro Flamenco de Estudios Escénicos en Granada. También ha participado en varios discos y cortometrajes, además en una película. En 1994 la Consejería de Cultura de la Junta le nombró director del Programa Andaluz para la Danza y a partir de este programa, formó la primera compañía de Andalucía.
Entre un sinnúmero de premios y galardones, destaca el Nacional de Danza del Ministerio de Cultura en 1992. A este artista se le atribuye además el único réquiem conocido en el mundo del flamenco, el Réquiem para el fin del milenio. La Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco le definió ayer como «una de las grandes figuras del baile de todos los tiempos».